Gerardo Flores Ramírez | El Economista | 26 Abril 2016
Esta semana se aprobará en el Pleno del Senado de la República el Acuerdo Bilateral de Servicios Aéreos entre México y los Estados Unidos (EU), instrumento firmado por el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Gerardo Ruíz Esparza, y el secretario de Transporte de ese país, Anthony Foxx, en diciembre pasado. Se trata de una importante transformación al marco normativo que rige la forma en que las líneas aéreas de México y EU operan en el mercado de servicios aéreos transfronterizos. El acuerdo al que sustituye fue suscrito en 1960 y actualizado por última vez en el 2005.
Para entender la importancia de este tema basta ver que el mercado transfronterizo entre nuestro país y nuestro vecino del Norte es el tercero más grande del mundo, por el número de pasajeros transportados, que, según datos recientes, se ubica muy cerca de los 19 millones de pasajeros por año.
El acuerdo hasta hoy vigente establece que, en el caso del transporte de pasajeros, sólo pueden existir dos designaciones entre cada par de ciudades entre ambos países. Es decir, que la oferta de vuelos entre un aeropuerto de México y otro de Estados Unidos está constreñida a los vuelos que ofrezcan para esa ruta dos distintas aerolíneas. En el caso de algunos destinos se permite que sean hasta tres aerolíneas. Ello, desde luego, tiene un impacto en el bienestar del consumidor, en el sentido de que su libertad de elegir se circunscribe a ese limitado número de aerolíneas y los vuelos que ofrecen para determinada ruta. Con el nuevo acuerdo, esta limitante se elimina.
Aún bajo este acuerdo del siglo pasado, el volumen de pasajeros creció en 12% el año pasado; en promedio había crecido a una tasa anual de 7% en los últimos cinco años. Con el nuevo acuerdo, este desempeño puede mejorar aun más. Por ejemplo, un estudio elaborado para la Comisión Europea refiere que como resultado de la firma de un acuerdo de este tipo, entre algún país europeo y EU, se ha observado que el ritmo de crecimiento del tráfico aéreo de pasajeros ha llegado a aumentar hasta en 77%, en comparación con los años previos a la firma de esos convenios. En otros casos, se han observado incrementos entre 30 y hasta un poco más de 80% en el tráfico de pasajeros, en comparación con el periodo previo a la firma del tratado en cuestión.
Así que es de esperarse que el mercado transfronterizo crezca aun más. Una cuestión muy importante será que las aerolíneas mexicanas estén preparadas para poder captar buena parte de ese incremento. Por ello, es perfectamente válido que algunas de ellas ya hayan iniciado estrategias para vincularse en alianzas con aerolíneas de EU.
Con la entrada en vigor del nuevo acuerdo bilateral se esperan diversos efectos positivos para los usuarios, entre los que se pueden citar los siguientes: a) una mayor oferta de asientos; b) un mejor servicio, en virtud de una mayor intensidad en la competencia; c) mejores horarios de vuelos; d) mayor conectividad entre ciudades de ambas naciones, y desde luego, e) precios o tarifas aéreas más bajas.
Se trata de un nuevo momento para el mercado aéreo nacional en el que las aerolíneas mexicanas deberán aprovechar al máximo las nuevas condiciones, para lo que tendrán que poner en marcha nuevas estrategias comerciales. No hay duda de que este nuevo entorno propiciará que en nuestro país podamos observar las mejores prácticas en este tipo de mercados.
Así que muy pronto seremos testigos de un relanzamiento del mercado de servicios aéreos transfronterizo, y seguramente del de servicios aéreos domésticos, que traerá importantes beneficios a los consumidores. Enhorabuena.
*El autor es senador de la República.