Se trata de la primera licitación de espectro importante que realiza el IFT, la que terminará después de que haya una ronda en la cual no haya más demanda por bloques del espectro. Destaca:
1. Sólo participan dos tiradores, ATT y el agente económico declarado preponderante, Telcel/Telmex. Originalmente había 3 interesados, pero finalmente Telefónica decidió no participar, tras llegar a un acuerdo de intercambio de frecuencias con ATT.
2. Se ha especulado mucho sobre el valor que se ofrecerá en México por estas bandas, particularmente porque en subastas de Estados Unidos y Canadá, se han pagado cantidades espectaculares; tan sólo hace un año en la subasta 97 de la FCC se obtuvieron poco más de 41 mil millones de dólares por 60 MHz (en México, estamos licitando 80 MHz).
3. En México, aun no hay suficientes equipos disponibles con tecnología 4G para los usuarios. De acuerdo a la consultora 4G Américas: la penetración de estas tecnologías apenas supera el 7% y sólo 53 ciudades del país tienen este acceso a estos servicios. Adquirir este espectro es una apuesta de mediano plazo.
4. 30 MHz de los 80 que se van a licitar, son los mismos que quedaron desiertos en la Licitación 21 de 2010. Se dice que los errores se han corregido (bloques regionales, límites de concentración y la definición del precio de referencia) y que además existe un entorno más maduro de la tecnología 4G.
5. EL IFT ha declarado que se busca adjudicar en su totalidad el espectro y que sólo espera recibir poco más de 700 millones de dólares.
La mala noticia para la competencia es que abaratar el espectro en un proceso donde está participando al preponderante puede traer efectos perniciosos (casualmente los defensores de Telcel/Telmex ahora no se escandalizan con “precios de ganga y ofertas de garaje”).
6. El precio final es una incógnita, hace 6 años en la Licitación 20 se obtuvieron 831 mdd y 1,478 mdd en la Licitación 21. Como contraste, en Argentina en 2014 se obtuvieron 2200 millones de dólares; en Brasil 1420 millones de dólares, y en Estados Unidos 41,000 millones de dólares.
Sorprende que, pese al entorno que generó la Reforma de Telecomunicaciones, no haya habido interés de más operadores nacionales e internacionales por entrar al mercado mexicano de servicios móviles, situación que, creemos, se explica en buena medida por una sencilla razón: la existencia de un operador (Telcel/Telmex) que detenta poco más de 2/3 partes del mercado y cuya participación no da visos de disminuir en el mediano plazo.
Resulta raro que América Móvil (Telcel/Telmex) en su Reporte Financiero y Operativo del Cuarto Trimestre de 2015, no haga referencia como hecho relevante a su pretensión de adquirir espectro 4G en México, y afirme que “la competencia se ha intensificado y (que) la regulación asimétrica defiende a sus competidores”, cuando las métricas e indicadores de competencia se mantienen casi igual; peor aún, existe una ligera tendencia del preponderante a incrementar su poder de mercado (lo que comentaremos en próxima ocasión).
Pareciera que para el preponderante la existencia de competencia efectiva en el mercado se reduce a ciertos indicadores de sus propios ingresos, cuando el derecho de competencia busca proteger todo un sector económico y a sus usuarios. En realidad, la baja de las tarifas en telecomunicaciones es resultado de las medidas impuestas directamente por la ley de la materia, como la eliminación de la larga distancia y la tarifa cero de interconexión. De ningún modo a prácticas más competitivas del preponderante.