El pasado lunes 11 de febrero, el Centro de Investigación para el Desarrollo, A.C. (CIDAC) presentó el libro del Dr. César Hernández Ochoa. El subtítulo es: Inversión, trabajo y empresa en el sector eléctrico mexicano. El Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM publicará próximamente otro libro sobre el derecho de las telecomunicaciones de este autor. Por su importancia, consideré pertinente publicar parte de una entrevista realizada al Dr. Hernández Ochoa.
-¿Tu libro es una historia de terror?
CHO. No. Presento varios argumentos y toco muchos temas; algunos sí relatan historias preocupantes y que pueden parecer de alarma, sobre todo la parte de los contratos colectivos, particularmente el de Luz y Fuerza, que cuenta las ventajas que prevalecen a favor del sindicato, lo que ha impedido la productividad de la empresa. Y la parte que suena terrorífica se refiere a que la gente común y corriente que se entera de las condiciones pactadas, se da cuenta de que no puede encontrar ese tipo de condiciones en el mercado de trabajo. Aumento de salarios muy por encima de la inflación, prestaciones y condiciones privilegiadas de retiro, además de barreras a la reorganización del trabajo para modernizar a la empresa. Escandalizan estos temas tanto como lo hacían hace años las historias de los estibadores en Veracruz, historias en las que el equilibrio en las relaciones laborales se encuentra muy cargado a favor de una de las partes y la factura la pagamos los usuarios. Otra historia preocupante es la del aumento constante a las tarifas y cómo se transfieren subsidios millonarios a las empresas para que el servicio no le parezca tan caro a los usuarios (aunque sigue siendo carísimo). Estas son las dos partes más llamativas del libro.
Yo no he participado nunca en este sector y eso me permitió el lujo de ser muy crítico con todos los participantes, de manera que casi para cualquiera de los grupos o actores que aparecen en esta industria eléctrica hay observaciones y cuestionamientos. Sindicatos, empresas públicas y privadas, reguladores, funcionarios, legisladores y la Corte; me han dicho por allí que me cerré las puertas para que alguien me de trabajo dentro de este sector. Es verdad. Entonces la gente que trabaja en esta industria, seguramente va a encontrar en el libro algunas críticas que comparten y otras que no les gustan.
Me atraen los temas del debate público; la reforma eléctrica era un gran tema en buena parte del sexenio de Fox, pero al final se diluyó y el debate se fue a otros campos, entre otros, al gas y al petróleo. Al final del libro sostengo que el tema eléctrico sigue vigente y no es que piense que va venir una crisis y derivado de ella apagones generalizados y constantes, no, para mí el punto tiene que ver con eficiencia, con bajar los costos y elevar la competitividad. Esos son los argumentos centrales a favor de que esta reforma se realice. Con el petróleo sucede igual, creo que el tema no debiera ser la crisis inminente, sino la competitividad. Mi formación es de abogado, pero tengo deformaciones o formaciones diversas que me permiten ver otras cosas además del derecho y ya dentro de lo jurídico me ha interesado el derecho económico.
Mi otro libro se llama “Efectividad de la regulación mexicana de telecomunicaciones desde 1990 hasta 2008“ y en él señalo en dónde se fracasó y en dónde se lograron los objetivos. Espero ya no hacerle muchos cambios al texto para no retrasar su publicación.