Diversos organismos internacionales han identificado avances en el despliegue de infraestructura, adopción y asequibilidad de tecnologías de la información y comunicación, así como en el entorno político y regulatorio.
Por ejemplo, el Foro Económico Mundial (World Economic Forum o WEF, en inglés), en su reporte sobre competitividad 2015-2016, ubica a México en el lugar 57 en una muestra de 140 países, ganando cuatro lugares de la posición obtenida en el 2014 y aproximándonos a aquella que tienen los países líderes en la región latinoamericana: Costa Rica (52), Panamá (50) y Chile (35). El WEF define su índice de competitividad basado en un conjunto de 144 indicadores que capturan avances en aspectos institucionales, políticas públicas y regulatorias, así como factores que determinan la productividad de una economía.
Bajo este contexto, cabe destacar que el índice del WEF muestra un avance de seis posiciones en materia de infraestructura, consecuencia de las recientes mejoras en las redes de comunicaciones y transportes, fundamentales para el funcionamiento efectivo de la cadena productiva de nuestro país.
En lo que toca al acceso a la conectividad entre la población, el WEF, en su reporte sobre tecnologías de la información (TI), identifica un reposicionamiento significativo de 10 posiciones en el indicador que evalúa la disponibilidad de éstas entre la población, contexto en el que cabe destacar que México alcanzó el cuarto lugar en el 2015 en términos de la accesibilidad de servicios de telecomunicaciones, dejando la posición 93 del año pasado, resultado de los avances en términos de asequibilidad y costos que enfrentan los mexicanos. Recientemente, los servicios de telecomunicaciones móviles, fijas e Internet de banda ancha han experimentado una baja de precios que detona importantes economías en los bolsillos de los consumidores y que consecuentemente favorece su adopción, efecto de la mejora en los niveles de competencia en los mercados que trajo consigo el renovado marco regulatorio en este sector.
Otras métricas internacionales generadas por el brazo de telecomunicaciones de Naciones Unidas, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU, por su sigla en inglés), registran mejoras en la adopción del servicio de banda ancha móvil (BAM) en México, que alcanza 37.5 conexiones por cada 100 habitantes al cierre del 2014.
Conviene aquí llamar la atención que esta medición contrasta con la reportada por The Competitive Intelligence Unit, equivalente a tan sólo 18.9 accesos de BAM por cada 100 mexicanos en el mismo periodo. Esta brecha significativa de cifras abre la puerta para hacer preguntas de corte metodológico, por ejemplo, sobre si la penetración de BAM que toma en cuenta ITU coincide con la emitida por el IFT, el cual considera equivocadamente como accesos a BAM a aquellos usuarios, especialmente en la modalidad de prepago, que reciben servicios de mensajería instantánea y redes sociales de manera temporal en virtud del monto recargado.
Si bien todas estas métricas perfilan un entorno positivo de avance del sector de TI en nuestro país, conviene revisar a detalle qué acciones y proyectos de mercado, política pública y regulatoria se han implementado efectiva y eficazmente, cuáles otras han sido deficientes o parciales, pero sobre todo debemos poner mayor énfasis en aquellas que faltan por implementar para conducir a un entorno de mayor adopción y crecimiento de los servicios de telecomunicaciones.
