La falta de seriedad de algunos medios en la forma en que abordan determinados temas o la agenda encubierta bajo la cual construyen su oferta editorial ocasiona que muy a menudo presenten notas periodísticas que lejos de contribuir a un sano debate sobre la situación del país y su prospectiva, lo único que generan son debates destructivos o negativos, que lo único que pretenden es distraer el esfuerzo intelectual de muchos mexicanos y con ello, posponer la discusión de ideas o temas que verdaderamente sirvan para construir un mejor país. Ahí está el caso de una nota presentada a ocho columnas en la que se cuestiona las bondades y el futuro del Fondo Mexicano del Petróleo, una nota que cuestiona un instrumento cuya eficacia debe evaluarse en el largo plazo, no apenas dos años después de aprobada la reforma constitucional que le dio vida o 18 meses posteriores a la legislación secundaria correspondiente.
Quienes se prestan a efectuar un análisis ad hoc de este instrumento de ahorro nacional, basados en la situación actual del mercado petrolero, exhiben su falta de rigor y un apetito sin sustento por el cortoplacismo. Al momento en que se aprobó la reforma constitucional en materia energética y las correspondientes leyes reglamentarias, quienes participamos en su discusión teníamos muy claro que el de la industria petrolera es un mercado como cualquier otro, con ciclos de oferta insuficiente respecto de la demanda, que ocasiona periodos de altos precios, pero también de ciclos de oferta muy superior a la demanda.
De hecho, una de las motivaciones centrales de la reforma energética fue crear un entorno en el que el gobierno de México deje de afrontar sólo el riesgo inherente a esta industria, un entorno en el que el riesgo pudiera distribuirse entre el Estado mexicano, vía su empresa productiva del Estado, Pemex, y otros inversionistas dispuestos a participar en la explotación de este recurso no renovable en territorio nacional.
Es verdad que la industria petrolera mundial entró en un ciclo caracterizado por una oferta muy por encima de la demanda, en la que los niveles de producción de diversos países tardaron un poco más de lo usual en ajustarse, y que combinado con inventarios importantes, han provocado un ajuste más fuerte de lo esperado, tanto en precios como en inversiones en desarrollo de proyectos. Es una situación que ya sabemos que ha tenido efectos sobre la economía mexicana, pero es un escenario que se habría presentado con o sin Fondo Mexicano del Petróleo.
De hecho, si no se hubiese impulsado la reforma y aprobado la creación del Fondo Mexicano del Petróleo, la nota sesgada publicada a ocho columnas seguramente habría citado a los mismos “especialistas”, pero criticando la ausencia de un mecanismo como éste. En este contexto, considero que las declaraciones hechas mismo por el secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, no sólo fueron oportunas, sino que enfocaron el sentido que debe tener cualquier debate construido con rigor en torno al Fondo Mexicano del Petróleo: el largo plazo.
Sobre la licitación de la banda AWS
El jueves concluyó la licitación de frecuencias para la explotación de servicios móviles, particularmente banda ancha. Me sorprende mucho que ningún analista cuestione que derivado de este proceso, el agente económico preponderante, América Móvil, consolide su poder al haber asegurado la mayor parte de esta banda, pues ostentará 80 de los 140 MHz que la conforman. ¿No preocupan los efectos que esto pueda tener sobre la creación de un entorno de competencia efectiva?