El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) aprobó las ofertas de referencia del agente económico preponderante en telecomunicaciones: América Móvil (AMX), y concretamente, de sus subsidiarias Telmex y Telcel. Los servicios e infraestructura objeto de estas ofertas son el acceso y uso compartido de infraestructura pasiva, servicios mayoristas de arrendamiento de enlaces, comercialización del servicio móvil por parte de operadores móviles virtuales y servicio mayorista de usuario visitante, mejor conocido como roaming.
Como ya anticipábamos, el IFT aprobó las ofertas de referencia sin precios ni tarifas. Aun así, aficionados como son a las fanfarrias, se atrevieron a declarar que el acceso a la infraestructura pasiva de AMX “promueve la competencia y la libre concurrencia, y evita que otros operadores incurran en costos innecesarios asociados al despliegue de su propia infraestructura; reduce duplicidad en inversiones y permite la provisión de servicios de telecomunicaciones, a través de operadores alternativos de manera más eficiente y a menores costos”.
¿De verdad? ¿Cómo lo saben?, si las ofertas de referencia no tienen precios ni tarifas. Aun más, el propio IFT nos recuerda que si hay desacuerdo (como ya saben que habrá), pues ahí está para determinar las tarifas aplicables. ¡Faltaba más! Y el humilde gobernado se pregunta: ¿y si ya saben que va a haber desacuerdo, y si no puede haber oferta sin precio, por qué no lo hicieron antes?
Además, en una brillante estrategia, desde hace varios meses Telcel registró ante el IFT tarifas y contratos para el uso de la misma infraestructura objeto de las ofertas de referencia y el IFT ni cuenta se dio. O no se dio cuenta o no quiso darse cuenta, porque a partir de la entrada en vigor de la nueva Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión todas las tarifas del agente económico preponderante deben ser previamente aprobadas por el IFT, así es que Telcel muy bien puede decir que sus tarifas ya han sido autorizadas por el gallardo IFT.
En otro movimiento magistral, ante el silencio de la autoridad, Telcel ya le puso precio a cada servicio e infraestructura, se encuentra incluido en las ofertas de referencia y puede ser consultado en su página web. Como siempre, un paso adelante del IFT, que sigue haciendo como que la Virgen le habla.
Si a esto le sumamos lo que le comentaba la semana pasada en el sentido de que el IFT utiliza dos modelos de costos distintos para determinar tarifas: uno que aplica cuando Telmex y Telcel le tienen que pagar a la competencia y que siempre da como resultado costos muy bajos; es decir, cuando Telmex y Telcel pagan, pagan poco, y otro, especialmente diseñado para cuando Telmex y Telcel son los que cobran y que siempre da como resultado costos artificialmente altos; es decir, cuando Telmex y Telcel cobran, cobran mucho. Transcribo lo que al respecto dije la semana pasada:
En un claro afán por beneficiar a Telmex-Telcel, cuando ellos son los que tienen que pagar a sus competidores, el IFT utiliza un modelo de costos marginales y una WACC de 7% (WACC es el valor del dinero en función del riesgo); por el contrario, cuando Telmex-Telcel son los que cobran de sus competidores, el IFT utiliza un modelo de costos totales y una WACC de 14 por ciento.
¿Qué lógica puede haber detrás de utilizar un modelo de costos distinto para aquél que tiene 70% del mercado que lleva a concluir que sus costos son más altos que los de sus competidores más pequeños? Simplemente, por economías de escala, debería de ser al revés.
¿Qué lógica puede justificar que el operador que tiene 70% del mercado tiene más riesgo para pagar sus créditos y por tanto su WACC debe ser del doble que la de sus muy lejanos competidores?