El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) dieron a conocer ayer los resultados de la “Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares 2022” (ENDUTIH 2022), gracias a la cual nos enteramos que en México se identifican 93.1 millones de usuarios de internet, que representa el 78.6% de la población de seis años o más conectados en México el año pasado.
Lo primero que hay que decir sobre ese dato es que significa que México enfrenta aún un fuerte desafío para lograr que se puedan convertir en usuarios cotidianos de internet los cerca de 25 millones de mexicanos mayores de seis años que hoy no tienen esa posibilidad.
Ahora bien, para el diseño de políticas para expandir la cobertura de acceso a internet y mejorar las condiciones de conectividad, valdría la pena que el INEGI e IFT se planteen la necesidad de rediseñar la ENDUTIH, para que por un lado podamos conocer los rangos de velocidad a los que tienen acceso a internet los mexicanos, según la región en la que vivan.
Si queremos diseñar e instrumentar políticas públicas para incrementar el porcentaje de mexicanos conectados a un servicio de banda ancha, así como para impulsar la adopción de la banda ancha como una herramienta esencial para el quehacer de todas las personas, independientemente de la rama de la actividad económica en la que se desenvuelvan, es imperativo que ambas instituciones autónomas empiecen a pensar en una evolución de la ENDUTIH.
Sin duda la ENDUTIH ha sido un instrumento valioso para analistas, académicos o medios, pero los retos que impone el objetivo de lograr una economía digital desarrollada, nos obligan a conocer de mejor manera la forma en que los mexicanos tienen acceso a internet, entre otras cosas porque las posibilidades de interacción que tiene una persona que se conecta con banda ancha de 50 ó 100 Megabits por segundo son sustancialmente mayores y mejores que las de una persona que se conecta a través de un dispositivo móvil a una red móvil con velocidades lentas, que en ocasiones no superan ni siquiera un megabit por segundo.
Si queremos tener una mejor idea de cómo evoluciona el ecosistema 5G en México, se requiere que la información de los entes públicos nos permita conocer cómo están utilizando los mexicanos esa conectividad, en dónde, con qué intensidad, para qué fines, entre otras cuestiones.
En síntesis, considero que la utilidad de la ENDUTIH tal cómo se ha venido publicando decrece rápidamente y es momento de adecuar este instrumento a los desafíos que enfrenta México.
En otros asuntos…
Mientras muchos aplaudidores de la actual administración festinan la apreciación del peso frente al dólar de los Estados Unidos, valdría la pena que también le echen un ojo de vez en cuando a la tenencia de valores gubernamentales en manos de residentes en el extranjero, tal como la publica el Banco de México, que eso también nos da una idea de la valoración que hacen los extranjeros sobre la deuda emitida por el gobierno de México.
Pues bien, a partir del 12 de abril de este año, día en el que el saldo de la tenencia de valores gubernamentales en manos de residentes en el extranjero se ubicó en 1.733 billones de pesos y que alcanzó su máximo en lo que va de 2023 y hasta el dato publicado ayer por Banxico, correspondiente al 8 de junio pasado cuando el saldo se ubicó en 1.628 billones de pesos, habían salido del país cerca de 105 mil millones pesos, es decir, poco más de 6 mil millones de dólares de los Estados Unidos en poco menos de dos meses. Ojo con ese dato.