En fechas recientes, tuve la oportunidad de escuchar en el Senado de la República, en el marco de distintas reuniones de trabajo, algunas voces asegurando —con mucha ligereza, desde mi punto de vista— que la reforma constitucional de telecomunicaciones del 2013 fue omisa en establecer medidas que fortalecieran a los medios públicos de radiodifusión.
Cabe recordar que dicha reforma, entre otras cosas, ordenó en el Artículo 6 de nuestra Carta Magna, la creación del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPR), organismo encargado de proveer el servicio de radiodifusión sin fines de lucro, a efecto de asegurar el acceso al mayor número de personas en cada una de las entidades de la Federación, a contenidos que promuevan la integración nacional, la formación educativa, cultural y cívica, la igualdad entre mujeres y hombres y la difusión de información imparcial, objetiva, oportuna y veraz del acontecer nacional e internacional.
Bajo ese contexto, la semana pasada el pleno del Senado recibió el primer informe de actividades del SPR, que comprende el periodo de octubre del 2014 a octubre del 2015. Apenas a un año de haber iniciado operaciones, los datos reportados en dicho informe dejan ver que la creación de este medio público federal fue un gran acierto de la reforma.
En dicho periodo, el SPR incrementó de 16 a 26 el número de estaciones de televisión digitales en el país, con las que difunde señales de cinco canales públicos de corte cultural, educativo, informativo y ciudadano en 21 estados de la República Mexicana. En el 2016 instalará al menos siete estaciones digitales adicionales, con la finalidad de avanzar en su plan de expansión que permita llevar las señales de los principales medios públicos y abiertos a 90% de la población del país. El hecho de que las estaciones de la SPR transmitan desde su nacimiento en formato digital, le ha permitido aprovechar algunos de los beneficios de esta tecnología, como lo es el de la multiprogramación. Como consecuencia de ello, en adición a las transmisiones de su canal Una Voz con Todos, retransmite de manera simultánea e íntegra los contenidos de medios públicos federales, como lo son el Canal 11, Canal 22, TV UNAM e Ingenio TV. Lo anterior representa un promedio de 100 horas diarias y 3,000 horas mensuales de programación educativa, cultural y de interés cívico.
Asimismo, el SPR realiza acciones coordinadas con los medios públicos locales y municipales. Ejemplo de ello es el intercambio de acervos audiovisuales con la Red de Radiodifusoras y Televisoras Educativas y Culturales de México (RED), que cuenta con 54 asociados, aglutina 438 estaciones repetidoras de televisión y sus transmisores cubren 70% del territorio nacional, con una audiencia potencial de más de 78 millones de mexicanos.
Otra actividad destacada que desarrolla el SPR es la producción y coproducción de series y programas de televisión, en las que ha buscado incentivar la producción independiente y las propuestas de mayor originalidad. De las producciones incorporadas en la programación, 42% son de origen independiente (80% de éstas nacionales).
En síntesis, no hay duda de que a un año de su creación, el SPR no sólo ha sido capaz de incrementar la infraestructura para poder llegar a cada vez más mexicanos, conforme a su mandato, sino que ha sido capaz de generar nuevos contenidos, convirtiéndose en un factor de aliento a la producción independiente.
De cara al apagón analógico que tendrá lugar el próximo 31 de diciembre, no hay duda que está en condiciones para hacer frente a ese acontecimiento. En contraste, hay un importante número de medios públicos locales o estatales, cuyos gobiernos descuidaron en su momento la programación de recursos para permitirles hacer ese tránsito tecnológico que significa la televisión digital terrestre. El Congreso abrió una ventana de un año para que esos gobiernos hagan su tarea. Ojalá se haga bien, para beneficio de sus audiencias locales.