…el pueblo opina en función de cómo la televisión le induce a opinar. El poder de la imagen se coloca en el centro de todos los procesos de la política contemporánea.
Giovanni Sartori
Son tres cadenas de televisión abierta. Este año tendremos más. Lo cierto es que cada una de las existentes tiene distinto peso: una, declarada preponderante por los reformadores de la Constitución y los nuevos órganos reguladores; otra, pasando por dificultades financieras ante apuestas comerciales que no redituaron; la más reciente pendiente de “prender” su señal digital en el primer semestre de este año después de haber ganado una licitación muy esperada (parte de Grupo Imagen Multimedia del que forma parte este periódico).
No obstante décadas de transformaciones tecnológicas como la reciente transición digital, la televisión sigue siendo poderosa y capaz de modificar el panorama político con la misma rapidez con la que el televidente prende su TV. Siempre se ha temido por su capacidad de transformar reputaciones, incluyendo la de presidentes. Esto es un fenómeno no sólo en México, sino en cualquier democracia con libertad de opinión y prensa. Por ello dictaduras como en Venezuela la controlan con tanto énfasis; en el medio está el mensaje político.
Las licitaciones de nuevos canales de televisión en nuestro país son relevantes más desde un punto de vista político que meramente comercial. Este año el Instituto Federal de Telecomunicaciones se apresta a lanzar una licitación de frecuencias para nuevas cadenas de televisión (regional o nacional, dependiendo del IFT) atendiendo a un mandato constitucional que requirió alterar este balance de fuerzas en los medios audiovisuales.
La realidad es que la televisión ya no es tan relevante por sí sola como lo era antes. Las tres grandes cadenas de televisión en nuestro país han apostado, por ello, en diversificar sus contenidos y plataformas, incluyendo internet y otros medios digitales. Detrás de las licitaciones de frecuencias para televisión abierta está el deseo de trasformar un panorama comercial sin tomar en cuenta que éste ha evolucionado rápidamente hacia contenidos bajo demanda a través de YouTube, Netflix, Amazon Video, Claro Video y otros. Para botón de muestra, Netflix por sí sola tiene 78 millones de suscriptores a nivel mundial e ingresos anuales de 5,500 mdd (a 2014), YouTube tiene alrededor de mil millones de usuarios, de los cuales alrededor de 4% —o 40 millones— proviene de México, y alcanza a más usuarios del segmento de jóvenes que todos los servicios de televisión por cable en EU.
Esto significa que los jóvenes consumen cada día más contenidos audiovisuales a través de internet y plataformas digitales dejando atrás el paradigma del Homo Videns del que escribía Giovanni Sartori. La audiencia de contenidos audiovisuales ya no es, como lo describía Sartori en 1998, estática y únicamente visual.
Es por ello que, si bien era una tarea pendiente por años, las licitaciones ahora únicamente servirán para diversificar plataformas de distribución de medios ya establecidos o como un arma de poder de medios para algunos de sus ganadores.