Roberto García Requena | La Razón | 13 de Febrero de 2016.
El peso ha perdido valor frente a la divisa de nuestro principal socio comercial, el dólar. El tipo de cambio ya rebasó los 19 pesos por dólar, con una tendencia a llegar pronto a los 20 pesos.
Se dice depreciación porque la caída de nuestra moneda respecto al dólar se da en un contexto de mercado, en donde la oferta y la demanda son los factores de equilibrio que determinan el tipo de cambio. Antes se llamaba devaluación, dado que el tipo de cambio se modificaba a capricho de las autoridades hacendarias y del banco central.
¿Pero por qué el peso se ha depreciado con tal magnitud (27 por ciento en un año)? La respuesta tiene que ver con diversas razones, pero primordialmente se debe a los bajos precios del petróleo a nivel internacional. México, al ser un país exportador de petróleo, se ve afectado cuando el precio del crudo se cae.
El precio del barril de la mezcla mexicana de petróleo se ha caído drásticamente. De llegar a costar arriba de 100 dólares por barril en junio de 2014, ahora tenemos precios que se acercan a los 20 dólares por barril. Se ha caído la captación de dólares por venta de petróleo en el país en alrededor de un 80 por ciento, en menos de dos años.
Esta situación provoca que la entrada de dólares a México se haya contraído sustancialmente, lo que presiona el tipo de cambio al alza. Hay menos oferta de dólares en el mercado. A pesar de que el Banco de México constantemente está inyectando dólares al corriente financiero (con cargo a las reservas), no es suficiente para evitar la escalada en el tipo de cambio.
Ahora bien, cuando el tipo de cambio se deprecia, por definición se encarecen todos los bienes y servicios que están cotizados en dólares. Esto, naturalmente, detona presiones inflacionarias en la economía. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) subió 0.38 por ciento en enero de este año y ubicaron la tasa anual en 2.61 por ciento, cifra con la que termina una racha de ocho meses de tasas anuales en mínimos históricos, según el Inegi.
Pero además de la inflación que ya estamos empezando a observar, la depreciación del peso también impacta en los proyectos de inversión del país. Muchas de las materias primas están cotizadas en dólares. Al encarecerse el dólar, las empresas, públicas y privadas, contraen sus planes de expansión en infraestructura.
A mediados de semana, por ejemplo, América Móvil anunció una disminución de hasta 25 por ciento en sus inversiones para este año. El sector de las telecomunicaciones y de la radiodifusión son de los más sensibles ante deslices del tipo de cambio. La mayoría de sus insumos son equipos valuados en dólares. Veremos qué sucede con el proyecto de la red compartida y las anunciadas licitaciones de espectro radioeléctrico, ante el entorno económico.