2021.03.18
Vía El Heraldo de México
Tienen la capacidad de capturar, concentrar y comunicar información sobre signos vitales, siendo, por lo tanto, aliados en el manejo, control y prevención de enfermedades.
De acuerdo con The Social Intelligence Unit (The SIU), un aumento de un punto del Índice de Desarrollo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en las entidades federativas se correlaciona con un aumento de más de seis meses (0.56 años) de esperanza de vida. Por otro lado, como lo señala el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), existe una relación de causalidad en la que el aumento de un acceso a conexión Wi-Fi por cada 100 hogares significa el aumento de tres días de esperanza de vida en México.
Como se puede ver, la salud es una de las áreas más proclives a beneficiarse de las TIC, particularmente por la abundante información producida e intercambiada a través de dispositivos inteligentes, específicamente de los conocidos wearables, que son dispositivos electrónicos que pueden ser vestidos tales como las pulseras inteligentes, los smartwatches, parches, piezas de vestimenta, etc.
Tienen la capacidad de capturar, concentrar y comunicar información sobre signos vitales, siendo, por lo tanto, aliados en el manejo, control y prevención de enfermedades, lo que redunda en beneficios para los pacientes y para el sistema de salud en su conjunto.
El documento de trabajo denominado “Wearables para un Sistema de Salud Inclusivo y Universal en México” presentado por la División de Ingeniería del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y The Competitive Intelligence Unit (The CIU) señala que los wearables, por sus características, son las herramientas idóneas para la prevención y combate de las Enfermedades No Transmisibles (ENT) como la diabetes y la hipertensión, las cuales aquejan fuertemente a la sociedad mexicana y representan un elevado costo para nuestro sistema de salud.
De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), 14% de sus beneficiarios, es decir, 6.3% de la población mexicana padece de alguna ENT. Asimismo, las seis ENT con mayor impacto financiero provocaron un gasto de casi $80 mil millones de pesos para dicho instituto.
Incluso sabemos que el impacto en México de la COVID-19 habría sido considerablemente menor de no haber existido una prevalencia tan elevada de ENT en nuestro país. Estadísticas de la Secretaría de Salud muestran que, a mediados de 2020, de los casos confirmados de COVID-19, 20.1% sufría de hipertensión, 19.6% obesidad y 16.4% diabetes.
De acuerdo con The CIU, al 3T-2020, en México, existen 9.4 millones de usuarios de smartwatches, equivalente a una penetración de 9.1% en la población mayor de doce años. Esto significa que existe un espacio poblacional activo para generar hábitos saludables y monitorear la salud de millones de mexicanos a través de los wearables.
Para el impulso de una iniciativa de atención de la salud basada en wearables existen retos fundamentales que deben ser atendidos, citemos, por ejemplo, la incertidumbre provocada por la regulación que inhibe la proliferación de innovaciones de software y dispositivos en el monitoreo y atención de la salud; el laxo enfoque en la creación de sistemas de información de salud interoperables, y la brecha de conectividad que impide el efectivo intercambio de información.
Todo sistema de salud se enfrenta al problema de la escasez de recursos humanos, financieros y médicos, sugiriendo la necesidad de implementar medidas disruptivas y efectivas para la atención adecuada de pacientes. Explorar e implementar medidas que soporten el uso de wearables será fundamental para la creación de un sistema de salud más inclusivo, un sistema de salud universal.