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Violencia digital contra mujeres periodistas

2021.03.17

Vía La Lista

La violencia es parte de una esencia no evolucionada. Tiene su origen en una de las emociones más primitivas: el miedo.

Según la Organización Mundial de la Salud, la violencia es el uso intencional de sometimiento mediante amenazas físicas o psicológicas, para trastornar el desarrollo de otra persona o grupo social, y causarle un daño premeditado o bien su muerte.

La vida digital, hace una radiografía muy clara y mucho más evidente de lo que antes se quedaba en el silencio de cuatro paredes.

La falsa percepción de superioridad en las normas sociales que privilegian a los hombres, y dan un status inferior a las mujeres, han creado un nuevo fenómeno en línea que afecta en específico a las mujeres que se dedican a informar, o bien participan en acciones en defensa de los derechos humanos, tal es el caso de las mujeres en el periodismo.

Un reciente estudio sobre “Violencia en Línea contra de las Mujeres Periodistas”,[1] encargado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), al Centro Internacional de Periodistas (ICFJ, por sus siglas en inglés), revelan cifras alarmantes:

  • Los tres tipos de amenazas en línea que sufren las mujeres periodistas identifican: acoso y abuso misógino, difamaciones para dañar su reputación personal y profesional, así como amenazas a su seguridad física y privacidad digital.
  • 73% de las mujeres encuestadas en este estudio confirmaron haber experimentado violencia en línea.
  • La violencia digital hacia mujeres periodistas se da en todo tipo de plataformas digitales y sociales como Facebook, Twitter y YouTube.  Facebook es la vía menos segura para los periodistas, en comparación con Twitter.
  • Los ataques en línea se dan en espacios profesionales y privados, y se enfocan en mensajes psicológicos, y amenazas de futura violencia física o muerte, si es que no abandonan la labor periodística.
  • El 41% de las encuestadas aseguran que los ataques en línea que han sufrido están relacionados con campañas de desinformación orquestadas. Se refiere a los actores políticos como fuente de ataques con un 37% y de atacantes anónimos en un 57%.
  • Con respecto a las acciones que toman los medios de comunicación para atender a sus periodistas, la encuesta destaca que éstos les sugieren “endurecerse” o bien revisar qué hicieron para provocar el ataque.
  • El 30% de las mujeres reconocen haberse autocensurado de las redes sociales, mientras que el 20% prefirió retirarse totalmente de la interacción en línea.

El estudio revela que la violencia hacia las mujeres en los medios no respeta fronteras y es un tema que se debe resolverse con prioridad.

La cobardía en entornos digitales se hace más contundente. Gobierno y sociedad no podemos permitir que el abuso, y la impunidad de actores anónimos o bien perpetradores sincronizados, continúen poniendo en riesgo la vida y seguridad de las mujeres, en ninguna de sus profesiones, y mucho menos la periodística, que constituye además un ataque a la libertad de expresión y por ende a la democracia.

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