En un comunicado claramente diseñado para engañar, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) enumera los motivos por los que autorizó al preponderante en telecomunicaciones, América Móvil-Telcel, adquirir de MVS 60 MHz en la banda de 2.5 GHz. Sus razones parecen un desesperado intento para justificar la violación al artículo 28 de la Constitución, que lo obliga a imponer límites a la concentración nacional o regional de frecuencias del espectro radioeléctrico.
El comunicado empieza diciendo que las frecuencias adquiridas “sólo” cubren a 75.41% de la población nacional; como si el IFT no supiera que Telcel está por adquirir de terceros el espectro restante para tener cobertura en esta misma banda en todo el país.
Para que la concentración parezca menor de lo que en realidad es, el IFT señala que “después de la concentración, el Grupo de Interés Económico controlado por la familia Slim acumularía 29.77% del espectro total (asignado y disponible) en las bandas consideradas: 700 MHz, trunking, celular, PCS, AWS y 2.5 GHz” (sic). Sí, leyó usted bien, al IFT no le importa la concentración del espectro efectivamente utilizado en la prestación de servicios, sino que incluye el que aún no opera (la banda de 700 MHz), el que supuestamente licitará algún día (130 MHz en la banda de 2.5 GHz) y todo el que tiene guardado en el cajón.
Para rematar, se avienta la puntada de decir que la concentración no implica la acumulación de clientes. Con esta lógica, el IFT podría autorizar al preponderante adquirir 100% del espectro disponible y, en un primer momento, no habría acumulación de suscriptores. Lo que pase al día siguiente ya no sería materia de su estudio y, al parecer, no le importa.
A pesar de los malabares del IFT, la realidad es que claramente se modifica de manera importante la tenencia de espectro radioeléctrico entre los operadores de telecomunicaciones móviles. Contrario a lo que afirma el Instituto, Telcel pasará de 41% de las frecuencias asignadas a 51%; AT&T quedará en 38%, y Movistar bajará de 20% a 16 por ciento. Independientemente de la disparidad en la tenencia de frecuencias del espectro radioeléctrico entre los competidores y el preponderante, el IFT fue omiso al analizar las ventajas competitivas exclusivas que esta concentración otorga a Telcel. Por sus características de propagación, la banda de 2.5 GHz es óptima para penetrar estructuras, edificios y elevadores en zonas densamente pobladas, lo que constituye la posibilidad de ofrecer al usuario una calidad de servicio difícilmente alcanzable para los competidores a los que se ha privado de este insumo esencial. Según el IFT, los 130 MHz restantes en esta banda será licitados el año próximo, por lo que, si bien nos va, Telcel tendrá una ventaja de dos años sobre absolutamente todos sus competidores, y eso si el IFT no vuelve a posponer la licitación hasta que la red compartida esté lo suficientemente capitalizada para poder participar en ella. Recordemos que éste fue el pretexto que puso el IFT para retrasar la licitación que ya estaba programada para el año pasado.
En su falta de análisis y su constante afán por favorecer al ingeniero Slim, el IFT pasó por alto que el precio que éste pagará por las frecuencias a MVS, alrededor de 280 millones de dólares, más la contraprestación que tendrán que pagar al gobierno por el cambio de uso de las frecuencias, determinarán el valor mínimo de referencia en la eventual licitación de los 130 MHz restantes de la banda 2.5 GHz. Así, el preponderante no sólo se hace de un recurso esencial en condiciones preferentes y con una ventaja de años sobre sus competidores, sino que también fija el precio mínimo al que éstos podrán acceder, eventualmente, a ese insumo. Si esto no es una barrera adicional de entrada y una práctica anticompetitiva, yo no sabría cómo llamarle.
Y todo lo anterior con la bendición del regulador, cuyo mandato constitucional es fomentar la competencia y evitar ventajas injustificadas para el preponderante. No se trata de que Telcel no pueda tener acceso a este espectro, sino de que los demás también lo tengan en igualdad de condiciones. ¿Por qué algo tan sencillo el IFT lo complica tanto?