2021.01.12
Vía El Universal
Todas las empresas de redes sociales estarán aplicando nuevas reglas para contenidos políticos en procesos electorales. De cara a ello, varios políticos que las usan empiezan a preocuparse.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue un fenómeno en las redes sociales. Desde ahí, con sus 88.7 millones de seguidores en Twitter y 30 millones en Facebook, hizo campañas y ejerció sus políticas de comunicación. También fue un gran negocio para estas plataformas, al darles muchos seguidores y conversación digital. No fue menor la cantidad de recursos que recibieron de su parte: durante la campaña electoral pasada, 79.7 millones de dólares a Facebook y 101.3 millones a Google.
Pero ahora, luego de la toma del Capitolio, todas las plataformas —Twitter, Facebook, Instagram, YouTube y hasta TikTok— le han cerrado las puertas, al acusarlo de diseminar información falsa y de hacer llamados a romper el orden legal. Incluso, hace un par de días trató de evadir la prohibición, usando las cuentas de la Presidencia @POTUS y la de su excampaña @TeamTrump que, aunque no fueron cerradas, sí eliminaron sus mensajes.
Y es que, desde las pasadas elecciones, todas las redes se pusieron mucho más estrictas con los contenidos que en ellas se difunden: Twitter prohibió cualquier compra de publicidad política, además de marcar y/o borrar cualquier publicación con desinformación. Facebook contrató a miles de editores para dar de baja información falsa, hizo fact-checking con la prestigiada agencia de noticias Associated Press y prohibió la publicidad política una semana antes de las elecciones.
En general, todas las redes sociales eliminaron información falsa o cualquier llamado al voto con miedo. Esto, dado las críticas que recibieron en la elección de 2016. Pero también, y lo subrayo, ahora son más cuidadosas, pues hay denuncias y procesos de investigación en su contra por operar arreglos económicos monopolísticos, a efecto de manipular el multimillonario mercado de la publicidad. Viendo que Joe Biden y los demócratas tenían mayor posibilidad de ganar, fueron más precavidas.
Ahora, con Trump a punto de dejar el poder, parece que le hacen guiños a la nueva mayoría demócrata y por eso le cancelan sus cuentas de redes pues, si de mensajes polémicos se tratara, hace años se las debieron cerrar.
Todas las empresas de redes sociales estarán aplicando nuevas reglas para contenidos políticos en procesos electorales. Ayer se reportó que Facebook cerró varias cuentas oficiales del gobierno de Uganda, pues el jueves en ese país hay elecciones y estaban haciendo propaganda.
De cara a ello, varios políticos que las usan empiezan a preocuparse. Tal es el caso de México, en donde las llamadas “benditas redes sociales” que el presidente Andrés Manuel López Obrador y la 4T tanto utilizan, van a cambiar sus políticas de operación al iniciar las campañas electorales, en abril. De hecho, el INE ha estado en pláticas Con ellas. Es sabido que el Presidente no tiene la mejor relación con el instituto, pero tampoco con la parte corporativa de las empresas de redes, a las que ha emplazado a ir a las mañaneras, pero no han accedido.
Así, es inevitable que el uso que algunos políticos dan a las redes tenga más filtros y controles. Esto lo intuye o sabe el presidente López Obrador, quien cuestionó duramente las medidas contra Trump desde que se anunciaron.
Si Twitter, Facebook, YouTube y otras cambian sus políticas para México durante procesos electorales, como ya lo hicieron en EU, Europa y ayer en Uganda, es probable que la 4T tenga que reinventar su estrategia de comunicación, dependiendo más de medios tradicionales, señaladamente la radiodifusión y la prensa. O, como ha dicho Trump, tendrán que crear redes sociales alternativas. ¡Cambio de reglas, pues!