Javier Orozco Gómez | Milenio | 31 de Agosto 2015
Como si se tratara de la saga cinematográfica de la Guerra de las galaxias, ha comenzado a rodarse una leyenda más del contubernio Telmex-Dish, que empezó hace casi siete años con la firma de contratos entre ambas compañías, en los que Telmex afirmó que se comprometía solo a prestar servicios de facturación a la segunda. Esta situación fue utilizada de fachada para esconder, por debajo de la mesa, la probable compra del sistema de tv satelital por parte de la telefónica.
El Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) determinó, en enero de este año, que la alianza comercial de ambos fue más allá del aspecto comercial, al formalizarse una concentración indebida y fueron sancionadas: Dish con 43 millones de pesos, y Telmex con 14.4 millones.
Basta recordar que en 2011, Telmex realizó conductas de dumping (vender un producto por debajo de su valor normal en el mercado) al anunciar “Línea Telmex más Dish por 299 pesos al mes”.
Todos sabemos el fondo del asunto: Telmex quiere prestar servicio de televisión restringida. Por lo tanto, las acciones que el Ifetel emprenda tienen que ser sólidas en lo jurídico.
Lo que está siendo investigado de esa alianza es saber si Telmex violó su título de concesión, prestó servicios de tv y se aprovechó de la regla de gratuidad de señales radiodifundidas.
El asunto parece sencillo a primera vista, pero su resolución sería de gran impacto legal y social. La cuestión es que hay una concentración sancionada, una violación a la Constitución (reglas must carry y must offer) y una consecuencia prescrita: la revocación del título de concesión a Telmex.
Esta historia continuará y veremos de qué manera actúa el Ifetel.
