Rodrigo Pérez-Alonso | Excelsior | 23 de Septiembre 2015
El espectro radioeléctrico, ese recurso limitado que no vemos ni tocamos, vital para la televisión abierta, la radio y la telefonía celular y que causa ondas electromagnéticas y políticas. El lunes, el Instituto Federal de Telecomunicaciones —el órgano encargado de regular y sortear esas ondas— abrió a consulta pública, las bases para la licitación de espectro radioeléctrico para servicios de banda ancha móvil, la nueva frontera del negocio de las telecomunicaciones. Esta licitación es quizás la primera gran subasta de espectro para este sector económico (fuera de los servicios de radio y televisión) bajo la tutela del IFT y una de tantas grandes pruebas para su fortaleza institucional.
En esta ocasión se subastarán hasta 80 MHz de espectro en los segmentos de 1710-1725/2110-2125 MHz y 1755-1780/2155-2180 MHz para servicios de cuarta generación (4G) bajo un esquema sumamente complejo de subasta combinatoria de reloj, una nueva modalidad utilizada en países como Australia y el Reino Unido. El esquema de subasta seleccionado por el IFT es nuevo, incluso, se menciona que sería la primera vez en Latinoamérica que se utiliza.
De acuerdo con las experiencias de países como Australia, el esquema de subastas es sumamente técnico. En términos muy generales este tipo de subastas son exitosas dada la necesidad de empaquetar bandas de frecuencias para los requerimientos técnicos de las empresas interesadas y poder así cumplir con cobertura, capacidad y velocidad de las comunicaciones. Las subastas de reloj son licitaciones que se regulan por un número de rondas de subastas abiertas, bajo tiempos específicos, que se publican de antemano a discreción de la agencia regulatoria (en este caso el IFT). Generalmente se establecen rondas de 30 minutos cada una en un sistema electrónico al que únicamente acceden los interesados después de cubrir una garantía inicial. En cada ronda, los interesados hacen una oferta por un paquete de espectro radioeléctrico.
Como la mayoría de las subastas este esquema funciona bajo el principio de la oferta y la demanda. En la primera ronda, el IFT asigna precios mínimos de referencia por cada lote de espectro. Si en las rondas la demanda supera a la oferta, el precio sube en automático. Los oferentes pasan por diversas rondas hasta que la oferta satisface la demanda. Lo interesante de esta subasta serán los factores de competencia económica y acumulación de espectro que deberá considerar el IFT. Uno de los grandes operadores de telecomunicaciones, América Móvil, seguramente estará impedido en participar por su declaración de preponderancia. Por otra parte y curiosamente, AT&T, el nuevo entrante al mercado, cuenta con mucho espectro en estas bandas (AWS) por la adquisición de Iusacell y Nextel, por lo que es posible que no pueda. De acuerdo con las bases de licitación se está considerando una acumulación de entre 60 y 80 MHz para excluir a operadores en participar.
Sin duda, todo ello será fundamental para el aumento de la penetración de servicios de banda ancha. Sin embargo, esperemos que esta licitación sea meramente técnica y no se politice como ha pasado antes.