2021.12.07
Vía El Economista
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) anunció ayer 6 de diciembre, un nuevo esquema de apoyo a Petróleos Mexicanos, consistente en un ofrecimiento de intercambio y recompra de bonos de Pemex, complementado con una aportación patrimonial del gobierno federal por 3 mil 500 millones de dólares. El anuncio se da en un contexto en el que Pemex sigue sin mostrar un buen desempeño operativo, lo que es evidente cuando observamos la producción promedio en cada uno de los meses del presente año.
Por ejemplo, en la comparecencia de la secretaria de Energía, Rocío Nahle, ante la Comisión de Energía del Senado de la República, pudimos enterarnos que la producción de noviembre de este año, que aún no ha sido publicada, ni por Pemex ni por la Comisión Nacional de Hidrocarburos, fue de 1 millón 627 mil barriles diarios de petróleo crudo, lo que implica que el promedio de producción diaria para los primeros 11 meses del año se ubique en 1 millón 664 mil barriles diarios, prácticamente 200 mil barriles diarios por debajo de la meta de producción con la que se elaboró el Presupuesto de Egresos de la Federación para este 2021 que está por concluir.
Ahora se utiliza como pretexto que la cuota establecida en el contexto de lo que ahora se conoce como la OPEP plus, que son los países originalmente miembros de la OPEP más otros productores relevantes como México, Rusia, Malasia o Azerbaiyán, entre otros, que se ubica en 1 millón 753 mil barriles diarios, es la que ha provocado que la producción de Pemex no haya podido crecer a los niveles que de manera ilusa se propuso desde el inicio la administración del presidente López Obrador.
Pero es un hecho que la actual administración de Pemex no ha sido capaz de cumplir con las metas que ellos mismos se han fijado, y de manera sistemática hemos visto como en cada uno de los tres años de la actual administración, conforme se avanzaba en el calendario en cada uno de ellos, Pemex anunciaba ajustes hacia abajo en sus metas de producción.
Así que, aunque muchos lo han venido haciendo desde hace ya un buen rato, incluido su servidor, es momento de reiterar que el gobierno federal debería revisar con mayor profundidad si la estrategia de estar canalizando recursos fiscales escasos a Pemex es la mejor manera de invertir el dinero de los contribuyentes, frente al panorama que enfrenta la economía mexicana para los próximos 10 a 30 años, por poner un espacio de tiempo razonable, plazo en el que no hay duda que los combustibles fósiles tendrán una participación cada vez menor en la matriz de consumo de energía a nivel global. Por ello a fuerza de sonar necio, la pregunta que debemos plantearnos y que deberían plantear los legisladores es ¿se justifica comprometer tanto dinero de los contribuyentes en proyectos cuya utilidad social presente y futura es menor frente a otras opciones que caracterizan a la economía del siglo XXI como las energías renovables o la banda ancha, por mencionar dos ejemplos?
Hay indicios muy sólidos de que esa evaluación no se está llevando a cabo de manera seria en el gobierno federal y que en el Congreso de la Unión no se está haciendo la tarea para evaluar el mejor uso de los recursos públicos, que con mucho esfuerzo familias y empresas mexicanas contribuyen año con año a través del pago de sus impuestos.
Por cierto, mientras la SHCP se jacta de aportar 3 mil 500 millones de dólares americanos al patrimonio de Pemex, la tenencia de valores gubernamentales en manos de residentes extranjeros que reporta diariamente el Banco de México acumula una caída, desde su pico más alto que se registró el 21 de febrero de 2020, de 618 mil millones de pesos, lo que convertido al tipo de cambio vigente al momento de cada una de las salidas, suma 28 mil 111 millones de dólares. Signo claro de que la confianza de los inversionistas extranjeros va en franca caída.
