2018-04-09
El pasado 5 de marzo fue emitido por el pleno del IFT el Plan Final de separación funcional de Telmex/Telnor, mediante el cual se delinean los términos y condiciones que el Agente Económico Preponderante en Telecomunicaciones (AEP) debe cumplir en el proceso de puesta en marcha de dos nuevas empresas mayoristas. La separación funcional es un remedio regulatorio impuesto al AEP como consecuencia de sus escasos avances en el cumplimiento de la llamada “desagregación del bucle local”, como se constató en la Revisión Bienal sobre Preponderancia en Telecomunicaciones y Radiodifusión de febrero de 2017.
Estas medidas son de vital importancia para la industria y los consumidores, pues mediante ellas el IFT pretende que, ahora sí, el AEP permita a sus competidores el uso de su Red de Acceso Local o “última milla”. La relevancia de este elemento de infraestructura radica en que es un insumo esencial para la provisión de servicios de telecomunicaciones fijos cuyo costo de despliegue, particularmente alto, impide que sea replicado a escala nacional por nuevos entrantes, limitando así la competencia en el segmento.
Al igual que en muchos otros países del mundo, en México, el operador principal del segmento tiene la obligación de compartir este último tramo de infraestructura con sus competidores. Sin embargo, también al igual que en otros países, el control que ejerce la empresa dominante sobre este insumo ha implicado la casi nula provisión de servicios de acceso a última milla y en condiciones que no permiten a otros operadores replicar su oferta comercial. De esta forma, la separación funcional implica la transferencia de la red de última milla a nuevas compañías teóricamente independientes, pero propiedad del preponderante que habrán de ofrecer sus servicios a Telmex/Telnor y a sus competidores en igualdad de condiciones.
Como han señalado algunas voces en el sector, es cierto que medidas menos intrusivas como la llamada “separación contable” han sido implementadas en otros países del mundo, pero también es cierto que han tenido muy limitados resultados. En España, por ejemplo, el operador principal está sujeto a normas de esta naturaleza y aún mantiene casi 50% de las líneas fijas del país. Incluso, la OCDE recomienda a sus Estados miembros tomar en cuenta que los remedios conductuales, como la separación contable, no eliminan los incentivos de las compañías reguladas para restringir la competencia.
La separación funcional impuesta a Telmex/Telnor se aprecia como un paso hacia la competencia en la provisión de servicios tan relevantes como la Banda Ancha Fija y cuya efectividad deberá ser evaluada a su debido tiempo para ver si está teniendo los impactos deseados, de lo contrario se deberá considerar la posibilidad de su profundización como lo han hecho en otros países.