Con las nuevas medidas de regulación asimétrica para los preponderantes, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) pretende resolver las deficiencias del mercado, tanto en telecomunicaciones como en radiodifusión.
Hace una semana escribía en este espacio acerca de cómo el IFT endureció sustancialmente la regulación en el caso de Televisa. También hablé de cómo el regulador pretende equiparar —erróneamente— la regulación impuesta a América Móvil, preponderante en las telecomunicaciones, con aquella a la que obliga a Televisa, preponderante en la radiodifusión.
Quedó pendiente tratar el tema de la regulación que aplicará para América Móvil (Telmex/Telcel) de ahora en adelante. Es claro que el IFT reconoce en su resolución que las medidas impuestas a esta empresa, desde marzo de 2014, no han tenido los efectos esperados y que no se han logrado obtener condiciones de competencia en el mercado de las telecomunicaciones.
Con este diagnóstico, ahora el IFT pretende una regulación que vaya más lejos y se logre disminuir la capacidad y control de mercado que tiene este operador. La gran duda es si realmente esto se alcance con las medidas que el regulador consideró necesarias y, por supuesto, sujetas a revisión nuevamente dentro de dos años.
El pedazo regulatorio que más inquietud despierta es aquel que se refiere a la separación funcional para servicios mayoristas de Telmex. El IFT considera que esta medida dará mayor oportunidad para que otros operadores puedan acceder a la red local de la empresa, con mayor facilidad y en condiciones no discriminatorias.
Es una medida que pretende el regulador para tener mayor efectividad en la desagregación de la última milla (también conocido como bucle local). Sin embargo, y como ya lo señaló el Instituto del Derecho de las Telecomunicaciones (IDET) en boletín de este lunes, esta regulación a nivel internacional no ha tenido los efectos deseados.
El IDET señala que, en el caso particular inglés, “después de 10 años de funcionamiento de esa figura, el órgano regulador de las telecomunicaciones en el Reino Unido, Ofcom, reconoció el fracaso de dicha separación funcional para impulsar mejores condiciones de competencia efectiva en los mercados de telecomunicaciones de aquel país.
De esta manera Ofcom, en noviembre del año pasado, “ordenó la separación legal, misma que fue aceptada por British Telecom apenas la semana pasada.
Ahora, efectivamente deberá ser un órgano de gestión independiente en todo sentido”.
Así las cosas, parecería que la separación funcional de América Móvil será ociosa. Además de que la capacidad de verificación e inspección por parte del IFT, tendrá que ser de excelencia.
