Guillermo Montero.
Diario de México
Buena la estrategia de los senadores de convocar a expertos y agrupaciones empresariales en materia de radiodifusión y telecomunicaciones para conocer sus opiniones o preocupaciones acerca de la modificación constitucional aprobada por los diputados recientemente. Al menos escucharon a los que `saben`.
De las aportaciones de los invitados, vale la pena tener en mente que preocupa mucho un regulador (IFETEL) todo poderoso que no tenga contrapeso y cuyas resoluciones no se puedan apelar; puede causar daños irreparables a los regulados. En contraste, sujetarlo a recibir opinión de dos secretarías de estado (SCT y SHCP) para poder ejercer algunas de sus facultades, limita enormemente su supuesta autonomía. El IFETEL como se propone debilita al ejecutivo y vulnera a los comisionados a ser capturados por sus regulados. Los requisitos para poder ser comisionado impedirán que gente valiosa y con verdadero conocimiento del sector sea considerada, por lo que las decisiones serán tomadas por comisionados que no necesariamente están empapados con el funcionamiento del sector. No se incluye un plazo para crear el IFETEL; por lo tanto quedan en el limbo los plazos para la licitación de canales de televisión y la declaratoria de agentes dominantes, que dependen de la creación de este organismo constitucional autónomo.
Preocupa también la confusión. No es lo mismo acceso libre que acceso gratuito a servicios. Libertad se refiere a la facilidad con que se podrá acceder a los servicios de telecomunicaciones, no al costo de utilizarlos. Hay que definirlo d&ramente. No nos confundamos.