Guillermo Montero/ Diario de México
Mónica Aspe, Héctor Olavarría, Luis Fernando Peláez, Fernando Borjón, Gerardo Sánchez Henkel, Ernesto Flores y Carlos Silva son todos gente de extraordinario nivel. Provenientes de distintos frentes, forman parte del sector desde hace mucho tiempo; conocen bien los aciertos y desaciertos que favorecieron tan majestuoso desbalance en el mercado nacional y seguramente están más que conscientes de las causas que propiciaron la reforma constitucional de telecomunicaciones y la consecuente extinción del actual regulador. Por eso, no me cabe la menor duda de que, de quedar conformado el pleno por ellos, se logrará un Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) independiente, imparcial y robusto que refleje solidez y equidad, además de ofrecer certidumbre a quienes se animen a invertir en el sector en esta nueva etapa.
En contraste, una mayoría conformada por (i) Luis Lucatero o Juan Ludlow, (ii) Víctor Pavón, (iii) Carlos Bussey y (iv) Mony de Swaan o Mano Fromow generaría serias dudas sobre la autonomía del Ifetel y muy probablemente permitiría la intromisión y el escrutinio -en el mejor de los casos- de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. En particular en lo referente a la llamada red compartida en la banda de 700 MHz, un proyecto en común que dudosamente logrará el retorno intencionado.
La distribución de las listas complicará la selección de comisionados, ya que la ratificación de algunos implica la exclusión de otros, también, con excelente capacidad. Tales son los casos de Héctor Olavarría, Andrés de la Cruz y Pedro Guerra; Luis Fernando Peláez y Gonzalo Martínez Pous; Mónica Aspe e Irene Levy. Éxito a todos.
Twitter: @monteroamerena
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