17 de julio de 2012
Guillermo Montero
Diario de México
Lo importante es aniquilar a la competencia, no importa cómo. Pareciera que ésta es la filosofía de negocio que ha imperado en las telecomunicaciones del país desde que se abrió el mercado y es justamente por eso que los usuarios somos quienes hemos sufrido una verdadera afectación. Pagamos mucho por servidos de telecomunicaciones malos y poco confiables. Lo anterior queda más claro cuando se analiza el proceso de mejora regulatoria del Convenio Marco de Interconexión (CMI). Es notorio el esfuerzo de Telmex por boicotear un proyecto que facilitará y transparentará la obligación de interconectar las redes de sus competidores. Para ello, no ha dudado en echar mano de sus “expertos/analistas” a sueldo y de sus proveedores de equipo de telecomunicaciones. Algunos de ellos se sumaron a la causa criticando particularmente el análisis costo -beneficio y la forma en que fue presentado el proyecto a la Comisión de Mejora Regulatoria. Otros contribuyen afirmando que el CMI perjudica a Telmex y lo obliga a invertir para que sus competidores no tengan que hacerlo. Unos más descontextualizan el contenido del CMI y citan fragmentos en afán de confundir a la gente.
En respuesta, la Cofetel dejó ver que tiene un plan B: hacer público el contenido de todos los convenios de interconexión celebrados entre concesionarios. Entonces, todos verán que el protocolo de interconexión IP, del que tanto se quejan los arriba citados, ya se incluye en diversos convenios celebrados entre Telmex y otros concesionarios. Entonces todos confirmarán que su estrategia es frenar a la competencia, no importa cómo.