Guillermo Montero
Diario de México
Con todo respeto Cuando el propio presidente de la Cofetel califica de imposibles las condiciones regulatorias que propone, no puedo más que preguntarme: ¿para quién trabaja? ¿Para la administración pública? No creo. Porque no confían en él. Y esto se demuestra cuando la Cofetel es la única dependencia del Gobierno federal a la que se asignó menos presupuesto que el año pasado. ¿Para los usuarios de telecomunicaciones? Tampoco lo creo. Porque sus acciones en nada han contribuido a que contemos con mejores servicios y más confiables; si no, pregúntenle a los usuarios de Telcel cómo les fue el fin de semana pasado. ¿Para los concesionarios de redes de telecomunicaciones? Bueno, tal vez para algunos en exclusiva. Porque en asuntos tan importantes como lo es el que un concesionario ignore impúdicamente las condiciones establecidas en su título de concesión, el comisionado presidente trata descaradamente de hacerse de la vista gorda. Así es, engañando a sus colegas quiso dar carpetazo al tema y permitir, en consecuencia, las transmisiones de un servicio de televisión provisto a través de una red de datos, pero prohibido expresamente en el título de concesión de la red que lo provee: Telmex. 0 tal vez, porque sabiendo que nadie está obligado a lo imposible, declara públicamente que el Convenio Marco de Interconexión aprobado por él mismo es de imposible cumplimiento para Telmex -su consentido- no obstante éste sea un instrumento que ha probado ser indispensable para evitar abusos de operadores dominantes e impulsar la competencia en países desarrollados. ¿Para quién trabaja Mony de Swaan?
