Guillermo Montero/ Diario de México
Todos tenemos derecho a expresarnos, a decir lo que pensamos o a pedir lo que queremos; pero definitivamente no tenemos derecho a impedir a terceras personas el ejercicio de sus garantías y libertades por el simple hecho de querer ser escuchados.
Después de los despliegues de autoritarismo e irresponsabilidad que ha demostrado la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en la Ciudad de México en los últimos días, ahora amenaza con alienar también el derecho de la gente al acceso a la información. Aparentemente van por estaciones de radio y televisión para que puedan dar a conocer su exigencia: no a la reforma educativa (léase: no a la superación, sí a la mediocridad).
No sé mucho del tema, pero entiendo que buscan frenar la legislación secundaria que surge a raíz de la reciente reforma constitucional. Lo más increíble de todo es que ni siquiera han podido presentar una propuesta alternativa, simplemente no quieren la reforma, punto. Sin embargo, sí pueden hacer lo que les da la gana y desquiciar una ciudad que de todas maneras sufre diariamente por saturación vial. Es vergonzoso.
Estos cuates son los alumnos (el resultado) del sistema educativo fracturado y sumamente deficiente de hace un par de décadas.
Demuestran una falta absoluta de educación y respeto. Si los alumnos hoy viven día a día las amenazas, paros y desmanes de sus maestros que no quieren ser evaluados ni poner en evidencia su incapacidad e ignorancia, ¿qué podemos esperar de ellos a futuro?
Lo que sí sé, es que si esta gente es la responsable de educar a los niños y niñas de México, pobre país.
Twitter:@monteroamerena
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