2021.05.03
Vía El Heraldo de México
La Cámara de Diputados actuó en contra de la iniciativa que estaba en desuso, opina Gonzalo Rojón.
El viernes pasado, se discutió, votó y desechó en la cámara de diputados la “Iniciativa con Proyecto de Decreto por el que se Reforman y Adicionan Diversas Disposiciones de la Ley Federal del Derecho de Autor en Materia de Remuneración Compensatoria por el Concepto de Copia Privada”, presentada por el Diputado del Grupo Parlamentario de Morena, Sergio Mayer.
Dicha Iniciativa, proponía establecer un canon impositivo sobre soportes, aparatos, instrumentos técnicos o cualquier otro dispositivo que permita el almacenamiento, compactación, duplicación o reproducción sonora, visual o audiovisual de cualquier contenido protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor. Esta propuesta suponía que, por el simple hecho de poseer alguno de estos dispositivos, todos los usuarios mexicanos violan la ley y consumen contenido de forma ilegal.
La realidad es que, hoy en día, los consumidores ya casi no realizan copias privadas en perjuicio del creador intelectual de las obras en estos dispositivos. Al contrario, estos dispositivos incentivan la contratación de servicios de streaming para el consumo legal de contenidos audiovisuales, al mismo tiempo que reducen la incidencia de generación de copias privadas, es decir, este canon tendría un efecto totalmente contrario al deseado.
En el mundo, la política detrás de la compensación vía canon digital comenzó hace más de dos décadas cuando se registraba un uso intensivo de dispositivos tradicionales y la realización frecuente de copia privada. Hoy, México quiere iniciar a recaudar un impuesto que ya no tiene sentido, incluso datos oficiales muestran que la recaudación del canon digital registra una trayectoria a la baja en la mayoría de los países desarrollados, mientras que en algunos otros se observa una sobrecompensación económica.
Adicionalmente, este canon hubiera generado invariablemente un aumento en el precio de los dispositivos en un contexto de crisis económica el cual a su vez hubiera generado una disminución en la adquisición de los mismos, sobre todo en la población con menores ingresos del país. Por el contrario, el gobierno debería estar impulsando la adopción de estos como una forma de reducir la brecha digital.
Por si fuera poco, este canon hubiera sido totalmente regresivo, es decir, la gente con menos recursos hubiera terminado pagando una proporción más alta de este impuesto. Por ejemplo, para los usuarios de Smartphones de Gama Alta (gasto de más de $10,000 pesos por equipo) el gravamen sería de tan sólo 1.0% del valor total, mientras que para aquellos de la gama más baja (gasto menor a $2,000 pesos), el canon ascendería a 5.0% del valor del equipo.