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Radio y Tv: entre elecciones, extorsión y piratería

2021.04.23

Vía El Sol de México

Cada vez se ha convertido más complejo y peligroso ejercer la labor como medio de comunicación en nuestro país. Los casos que comentaré son sólo sucesos recientes, que, si bien ya desde hace unos años se ha hecho alusión, en este momento se han agudizado.

La complejidad está en el proceso electoral en el cual se encuentran inmersos la radio y televisión, que desde 2007, bajo el modelo soviético de comunicación política, vino a complicar la operación técnica y la libertad editorial de la radiodifusión; lo cual se ha profundizado con el paso de los años, ante criterios y precedentes judiciales, y hoy en día, en un entorno enrarecido por la pugna entre el Ejecutivo Federal, el partido en el gobierno y el Instituto Nacional Electoral (INE).

Esta situación, provoca incertidumbre no por el hecho de difundir las noticias que a criterio de cada concesionario se transmiten; sino por el hecho, que del enfrentamiento político que existe, provoca que los propios partidos promuevan quejas por cualquier noticia y el INE no tenga las agallas de desecharlas por frívolas y produce actos de molestia innecesarios.

Por lo tanto, en pleno ejercicio de la libertad de expresión, debe de entrar la experiencia y profesionalismo del medio a través de sus locutores, comentaristas y reporteros, y no quedar atrapado en una lucha fratricida, entre instituciones y partidos, que lo llevaría a un proceso sancionador. Vaya colmo, por hacer su trabajo.

En materia de inseguridad, no solo es vergonzoso el lugar que ocupamos en asesinatos de periodistas, sino que ahora las llamadas de extorsión a las radiodifusoras de estados como Sinaloa, Sonora, Baja California, Michoacán, Guerrero y Oaxaca, por citar sólo unos casos.

Desde amenazas de bomba, solicitar dinero o hasta intimidar con perjudicar a sus familiares, está brotando cada vez más, lo que se ha hecho del conocimiento de autoridades, ante el temor de probables actos de la delincuencia organizada.

Sin perder de vista, que hay partes del país, donde podría existir desorden social derivado de las elecciones y las estaciones de radiodifusión son un centro propicio de toma de instalaciones, para que les abran micrófonos.

Pero el calvario no termina ahí, las radios piratas siguen proliferando, ahora se pueden clasificar de tres tipos, las típicas identificadas como comunitarias, religiosas y las de delincuencia organizada, llamadas en la práctica “halcones”, sobre todo en el estado de Puebla, donde mediante mensajes “cifrados” (frases o canciones) dan avisos para continuar con el “huachicoleo”.

De ahí, que ante el reciente anuncio del Instituto Federal de Telecomunicaciones del “Programa Proradio 2021” para interesados en concesiones sociales, comunitarias e indígenas, es importante que no se les vayan a colar piratas y premien la ilegalidad, para ello se requiere trabajo de inteligencia.

Si los órganos competentes no asumen su papel y frenan los abusos citados, estamos frente a una anarquía. Las libertades de expresión y de prensa no lo merecen.

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