Javier Tejado Dondé | El Universal | 29 de Septiembre 2015
Resulta positivo que el Estado salga a ofrecer al mercado frecuencias en la banda de 2.5 GHz, la cual ha sido identificada como óptima para la prestación de servicios de banda ancha.
En los últimos días hemos recibido buenas noticias por parte del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT). Después de 5 años, las empresas interesadas en el sector de telecomunicaciones tendrán la oportunidad de participar en procedimientos de licitación de espectro radioeléctrico que les permita prestar servicios móviles y de banda ancha, aprovechando las Bandas de 1.7/2.1 GHz y de 2.5 GHz.
De igual forma, los interesados en competir en el mercado de radiodifusión podrán participar en procedimientos de licitación para obtener 123 canales de televisión y 264 estaciones de radio.
El pasado miércoles, el IFT resolvió expedir el Programa Anual de Uso y Aprovechamiento de Banda de Frecuencias para 2016. Para dicho programa habrá un plazo de 30 días hábiles, contados a partir de su publicación, para que los interesados soliciten la inclusión de bandas de frecuencias y/o coberturas geográficas adicionales.
Bajo ese contexto, en el 2016 el IFT iniciará tres procedimientos de licitación pública, uno en materia de telecomunicaciones para concesionar frecuencias de la banda de 2.5 GHz y dos en materia de radiodifusión para concesionar 123 canales de televisión, así como 7 frecuencias de radio (6 en FM y 1 en AM), que se suman a tres licitaciones previstas para lo que resta del 2015.
Por el lado de las telecomunicaciones, resulta positivo que el Estado salga a ofrecer al mercado frecuencias en la banda de 2.5 GHz, la cual ha sido identificada como óptima para la prestación de servicios de banda ancha.
En materia de radiodifusión, resulta adecuado que se oferten los 123 canales de televisión que quedaron desiertos en la licitación de cadenas nacionales de televisión, como consecuencia del incumplimiento por parte de Grupo Radio Centro. El IFT tiene claro que ya no se encuentra obligado a desarrollar una licitación de canales empaquetados para conformar una cadena nacional. Incluso cuando aún no ha definido bajo qué criterios desarrollará esa licitación, es probable que determine agrupar canales de televisión de manera regional, pero deberá cuidar no poner en desventaja a Grupo Imagen con lo que ofertó.
De igual forma, resulta acertado que el IFT únicamente haya determinado licitar sólo 7 frecuencias de radio, lo que le permitirá evaluar el resultado del procedimiento de licitación que desarrollará desde este año para concesionar 257 frecuencias de radio (191 de FM y 66 de AM). Esto le dará oportunidad de analizar cómo se reconformará el mercado de la radio en México para asegurar que exista viabilidad económica en todas las plazas.
Finalmente, no hay que olvidar que en este año, tal como lo referí antes, el IFT tiene además programados otros dos procedimientos de licitación: uno en la banda de 440-450 MHz para la prestación del servicio de provisión de capacidad para sistemas de radiocomunicación privada y otro en la banda de 1710-1780/2110-2180 MHz para la prestación del servicio de acceso inalámbrico móvil.
Sobre este último, el pasado 21 de septiembre, el IFT sometió a consulta pública el proyecto de bases de licitación, que estará disponible para comentarios u opiniones por 20 días hábiles, esto es, hasta el próximo 16 de octubre de este año. Sin duda, hay que reconocerle ampliamente al IFT que haya iniciado la sana práctica de poner a consulta pública los proyectos de bases de licitación, tal como lo hacen los órganos reguladores de otros países que llevan años siendo exitosos. Falta ver si toma en cuenta las opiniones que reciba.
Ahora bien, para dar certeza a las próximas licitaciones de bandas para servicios de telecomunicaciones, resultará imperativo que las condiciones que se establezcan para la licitación de la red mayorista no sean tan ventajosas para quien resulte ganador, esto para que no termine siendo un proyecto que genere desequilibrios injustificados frente a las inversiones de los operadores establecidos. Por ejemplo, está el tema de la reducción significativa de lo que pagará al estado vía derechos, frente a lo que pagan los demás.
En conclusión, es una excelente noticia que, después de 5 años, por fin se acabe con la sequía que imperaba en nuestro país en materia de concesionamiento de espectro radioeléctrico para servicios de telecomunicaciones.
*Ley de Réplica: Esta semana se podría votar en el Senado una Ley de Réplica que, pendiente desde 2007, aplicará por igual para radio y TV (abierta y restringida), periódicos, revistas y portales de internet. El proyecto parece sensato pues ordena que la réplica verse solamente sobre “información falsa o inexacta”. También parece sensato que lo replicado sea de la misma extensión que la información –errónea– que se haya difundido.
Pero resulta preocupante escuchar los argumentos de quienes están en contra —básicamente los Senadores del PT-Morena y del PRD—, quienes quisieran ejercer réplica sin documentar en qué se equivocó el medio. Incluso quisieran replicar no cuando existan inexactitudes o falsedades, sino cuando se consideren agraviados. Con esta forma de pensar, ningún medio podría exhibir los excesos o errores de la clase política. Así, por ejemplo, hubiera sido imposible publicar las fotografías que ligaban al ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, tanto con Andrés Manuel como con la dirigencia del PRD. Sus promotores hubieran pedido réplica al sentirse agraviados, sin importar que la foto y la información sobre los apoyos que recibió para gobernar Iguala hubieran sido ciertos y comprobables.
Lo que los oponentes a la Ley de Réplica piden, en los hechos, es mantener vigente la Ley de Imprenta de 1917 que da a cualquier político el “triple de espacio”, en cualquier medio, cuando sientan “un demerito en su reputación”. ¿Ésta es la izquierda vanguardista de nuestro país? Al contrario, cada día más se parecen a la izquierda de Venezuela y de Argentina, las cuales ejercen profunda censura contra los medios que disienten de sus políticas públicas. Para tener una Ley de Réplica como la que pregona Morena y el PRD –que sólo serviría para censurar medios– mejor seguir con la Ley que tenemos y que data de Venustiano Carranza. ¿Así o más anticuado el asunto?