La semana pasada se llevó a cabo la tercera reunión de la Organización de Telecomunicaciones de Iberoamérica (OTI) a un año de su relanzamiento que para muchos inevitablemente evoca el festival musical que llevaba el mismo nombre y que se llevó a cabo por 28 ocasiones desde 1972 al 2000.
En su nueva reconfiguración nominal y fortalecimiento institucional, la agrupación ahora enfoca sus esfuerzos a la compartición de experiencias y generación de estrategias para el desarrollo y acceso a la conectividad de telecomunicaciones, además, se consolida como una plataforma de promoción y defensa de las libertades de expresión y de prensa.
En este tercer encuentro, que reunió a más de 30 representantes de empresas de telecomunicaciones y de contenidos con operaciones en 22 países de la región de Iberoamérica, se abrió un espacio de “colaboración, diálogo, reflexión y acción para coordinar y fortalecer un frente común que trabaje en beneficio de la industria y sus audiencias”.[1]
Por lo que la agenda se enfocó a diversos temas de alto impacto en la actualidad como lo son las amenazas a la libertad de expresión en Latinoamérica, las nuevas medidas migratorias y fiscales en Estados Unidos, la evolución de los contenidos en la era digital, la irrupción de temas como fake news y fact checking, el nuevo paradigma mediático en Estados Unidos, entre otros.
Llama la atención que en su dimensión cuantitativa y de consolidación de información estadística disponible al público se registra una cifra de generación de ingresos de empresas de telecomunicaciones que se aproxima a 670,000 millones de dólares durante el 2016, con un coeficiente de crecimiento de 3.0% en comparación con el 2015. Esto mismo supera 1.9 puntos porcentuales el incremento del Producto Interno Bruto (PIB) regional, para ese mismo año.
El segmento que más ingresos genera es el móvil, un monto equivalente a 356,000 millones de dólares o 53.0% del total. Por su parte, el de televisión restringida (20.1% del total, 134,000 millones de dólares) es el más dinámico de la región, al registrar una tasa de crecimiento de 4.4% en el mismo periodo. Mientras que el segmento de telecom fijas (26.9% del total, 180,000 millones de dólares) muestra un aumento anual de ingresos de 3.9%, en razón del aumento incesante en la contratación del servicio de banda ancha fija.
En términos de la contabilidad de consumidores, la región supera 1,156 millones de suscripciones a telecom móviles y 252 millones en el servicio telefonía fija, cifras equivalentes a una penetración de 118 y 26 líneas por cada 100 habitantes, respectivamente. En el mercado de banda ancha fija contabilizan 191 millones de accesos y 181 millones de abonados en aquel de televisión restringida, con razones de penetración de 58 y 55 suscripciones por cada 100 hogares.
Lo que en su primer aniversario de relanzamiento ha logrado la OTI es precisamente una consolidación robusta de métricas y metodologías cuantitativas que, al combinarse con una armonización de políticas públicas y regulatorias y aproximación de experiencias regionales enfocadas a la gestación de un entorno de conectividad universal y al ejercicio pleno de la libertad de expresión, se constituyen como un verdadero baluarte de estas asignaturas en la región de Iberoamérica.