Los diputados del grupo parlamentario de Morena presentaron una propuesta para quitarles mil 900 millones de pesos a seis órganos autónomos, en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2020, y destinar este dinero para ayudar a niños con cáncer, a la Fiscalía General de la República FGR, y a la Guardia Nacional en el combate a la delincuencia.
Los órganos a los que se les quiere mochar un pedazo de su presupuesto en el proyecto de paquete económico para el siguiente año son: Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai); Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT); Instituto Nacional Electoral (INE); Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi); Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE); y Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
El análisis del diputado Sergio Gutiérrez busca recortarles 5.47 por ciento a estos seis reguladores. Esto significa que, del presupuesto enviado en su momento por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para dichos seis órganos autónomos, de 34 mil 224 millones de pesos, se busca disminuirles casi 2 mil millones.
Reducir el presupuesto en términos reales de cualquier órgano regulador es un error. Estos institutos y comisiones tienen tareas fundamentales en la vida de nuestro país, que dan sustentabilidad y equilibrio a las políticas públicas en el largo plazo. Por algo son órganos constitucionales autónomos. Necesitan justamente de esa autonomía para estar exentos de intereses políticos coyunturales, que trastoquen el quehacer de un regulador.
Dichas instituciones son producto de intensas batallas que se han librado en todos los frentes de la incipiente vida democrática de México. Someterlos a presiones de carácter presupuestal corresponde a una especie de captura regulatoria por parte del Gobierno en turno. Por supuesto, contrario a las mejores prácticas internacionales.
Y claro que es política y socialmente rentable decir que los 2 mil millones de pesos que les vas a quitar a estos reguladores, se van a redireccionar para atender a niños con cáncer o para combatir al crimen organizado. Pero en el fondo lo que se está haciendo es empezar a arrinconar a los órganos autónomos, pilares fundamentales de la vida pública e institucional en México.
Esperemos recapaciten en el planteamiento de recorte. Ha costado mucho trabajo dar luz y vida a los órganos reguladores dentro del arreglo institucional oficial. No los podemos mermar en su actuación.