2017-12-14
Uno de los aspectos determinantes en la elección y preferencia por un bien o servicio (especialmente aquellos de telecomunicaciones) es su calidad, entendida por la Unión Internacional de Telecomunicaciones como la totalidad de las características que determinan su capacidad para satisfacer las necesidades explícitas e implícitas del consumidor.
A partir de esta definición, el organismo considera cuatro perspectivas para dimensionar la calidad de los servicios. Dos de éstas parten de una dimensión subjetiva del consumidor relativa a su percepción sobre el uso o acceso a ese producto en términos del grado de satisfacción alcanzada a partir de las condiciones ofrecidas del servicio.
En México, la Profeco en colaboración con el IFT, llevan a cabo un esfuerzo cuantitativo a través del Informe Estadístico “Soy Usuario” para conocer el nivel de satisfacción por la provisión y uso de telecomunicaciones del consumidor mexicano.
Ahí destacan diversos parámetros para medir la calidad de los servicios, como el número de inconformidades y fallas percibidas por el consumidor, así como el grado de atención efectiva de éstos por los diferentes operadores.
En su edición correspondiente de julio a septiembre del 2017, se encontró que de un total de 3,526 inconformidades registradas (63.5% superiores al mismo periodo del 2016), el servicio con el mayor número fue la telefonía móvil con 37.4%, seguido de Internet con 35.5%, telefonía fija 10.4%, TV de paga 9.7% y el restante 7.0% corresponden a radio (trunking) y empaquetamientos entre servicios, de las cuales seis de cada 10 tuvieron origen por fallas en el servicio.
En torno a la atención de éstas, 66.8% tuvieron una resolución efectiva, mientras que 27.3% se encuentran en proceso, 2.9% fueron canceladas y 3.0% restante fueron desestimadas.
Estas estadísticas dan cuenta del grado de calidad de las telecomunicaciones en México, de igual relevancia como aquellas métricas que identifican cambios de precios, dimensionan ganancias en cobertura, mejoras en velocidad de descarga de datos en Internet, entre otras.
Así también, vale la pena conocer, desde una dimensión del proveedor de servicios, los estándares de calidad ofrecidos, por ejemplo, en términos de velocidad y cobertura, así como definir en qué medida se han cumplido los niveles mínimos para la oferta de servicios.
En este sentido, la semana pasada fue puesto a consulta pública, el anteproyecto de lineamientos que establecen los parámetros mínimos para la prestación de banda ancha a los que deberán sujetarse los proveedores de Internet.
Estas métricas e indicadores de calidad constituyen una herramienta eficaz de empoderamiento de los consumidores, puesto que coadyuvan en la elección de proveedor de servicios. De manera que éstos pueden verificar en qué medida el servicio prestado cumple con las condiciones mínimas (de calidad) de prestación de los servicios.
Es así destacable la labor de esos dos órganos de gobierno enfocada a proteger, asesorar, conciliar y representar a los usuarios en su relación con los proveedores de servicios de telecomunicaciones. Así también aquellas estrategias orientadas en hacer de la calidad de los servicios una característica pública, en línea con las metodologías de dimensionamiento aplicadas en el ámbito internacional, y por supuesto aquellas llevadas a cabo con el propósito de promover un acceso y uso de los servicios de telecomunicaciones plenamente en circunstancias óptimas para los consumidores.