vía La Lista News
Mientras la regulación de las plataformas digitales no llegue, las noticias falsas, la manipulación y la desinformación seguirán creciendo y creando más polarización social.
Los últimos años han estado marcados por la polarización y la desinformación social. Estas se alimentan todos los días de verdades a medias y noticias falsas que, en todos y cada uno de los canales digitales, encuentran tierra fértil.
Las redes sociales han erosionado a otras fuentes de información tradicional y han creado un ecosistema de desinformación con mensajes que no resuelven temas, que son de muy rápido consumo y confunden cada vez más a una sociedad ya muy manipulada.
El miedo a la verdad ha cobrado la vida de cientos de periodistas a nivel global, pero se acentúa en México, donde la muerte de periodistas se ha vuelto tema de todos los días. Todo aquel que levante la voz para denunciar corrupción, inseguridad o cualquier tema que no sea del agrado de grupos de poder está condenado a que su voz sea silenciada para siempre, y que los asesinos queden impunes.
La manipulación informativa ha llevado al poder a quienes hoy gobiernan y han encontrado en canales digitales un tablero de juego para que los dados de la “democracia” siempre caigan a su favor.
Barack Obama se pronunció al respecto en un evento realizado en la Universidad de Stanford, en California –cuna de las grandes empresas tecnológicas–, demandando reformas en la industria para que no solo se regule la competencia y la privacidad de datos, sino también que las plataformas digitales se hagan responsables de las publicaciones de los usuarios, afirmando que: “las empresas de internet no son las únicas responsables de la polarización que ha desgarrado a la sociedad”.
Ya también Joe Biden ha dejado en claro que quiere deshacerse de la ley que protege a plataformas digitales como Facebook, para eludir la responsabilidad de lo que postean usuarios y de la publicidad que comparten, dejando de lado los argumentos que justifican una libertad de expresión mal entendida y regida por algoritmos que esconden los principios mediante los cuales las tecnológicas deciden que es lo que se puede publicar o no.
Es preocupante y frustrante confirmar que en quienes debería estar basada la honestidad sean los que más utilizan la desinformación para lograr sus objetivos políticos y económicos.
Mientras la regulación no llegue, las noticias falsas, la manipulación y la desinformación seguirán creciendo y creando más polarización social, dejando de lado la justicia para quienes, en la búsqueda de un mundo más justo y honesto, dejen en el tintero todas sus ideas para proteger su vida o paguen las consecuencias de vivir en un mundo tecnológico sin ley.
