Arrancaron las campañas en el Estado de México y entre los 276 mil spots que se transmitirán a partir de hoy destaca que los partidos políticos tratan de introducir miedo al electorado. De hecho, la campaña de miedo la inició hace unas semanas el gobierno estatal y ahora la continúan prácticamente todos los partidos, aunque cada uno con su propio matiz.
En los promocionales del PAN se habla de feminicidios, secuestros, extorsiones y robo de vehículos; en los del PRD se comenta la falta de seguridad. Los spots del PT hablan de asaltos y los del PRI de que una mala elección podría ocasionar la pérdida de tratamientos gratuitos contra el cáncer, becas escolares y programas para adultos mayores. Quizá Morena es el partido que menos énfasis hace en fijar un elemento de miedo, pero también habla de la violencia.
Así, todos los partidos quieren, vía los spots gratuitos que les da el Instituto Nacional Electoral (INE), jugar con los miedos del electorado: la inseguridad, la pérdida de programas sociales y la violencia. Prácticamente no hay propuestas, sólo buscan empujar el temor del electorado. ¿Acaso esto es válido o hará que la gente salga a votar? ¿Que no se dijo desde la reforma de 2007 que los spots gratuitos serían para elevar el debate y realizar campañas de propuesta?
Nada de eso. Todos los partidos están recurriendo a las campañas del más bajo nivel en los últimos años, quizá comparables con algunos de los spots de las elecciones federales de 1994 y de 2006, donde se difundían rumores de desestabilización. En aquella época sólo eran algunos promocionales, ahora son los de todos los partidos. Lo que es grave —y debería ponerse en el centro del debate— es si las multimillonarias prerrogativas que da el INE son para generar miedo.
De acuerdo con académicos, por la naturaleza emocional de los mensajes negativos que buscan provocar miedo a la ciudadanía, éstos pueden permanecer en la memoria del elector más que los promocionales de carácter positivo.
Pero también, toda vez que la elección del Estado de México será un laboratorio para afinar lo que usarán los partidos en la elección presidencial de 2018, las preguntas obligadas son si éstas serán el tipo de campañas que veremos por todo el país en tan sólo unos meses y si este tipo de campañas realmente animan a la gente a salir a votar o todo lo contrario.
Esto es apenas el inicio de las campañas. Falta ver cómo ‘progresan’ los spots hacia el final de la mismas.
Por lo pronto, como bien retrata el caricaturista Fraga del periódico Zócalo de Saltillo, el viacrucis para las audiencias del Estado de México, Coahuila y Nayarit empezó antes que la Semana Santa.
Cambiando de tema… En Estados Unidos, luego de un giro sorpresivo, el Congreso dio reversa a actos legislativos que protegían la privacidad de usuarios de internet y de otros servicios de telecomunicaciones: ahora las empresas podrán identificar las páginas de internet que consultan los usuarios para poder adaptar la publicidad que llegará a cada uno de ellos. Esto podría ser un lucrativo negocio para muchas empresas de telecomunicaciones.
La pregunta es: y en México, ¿quién se encarga de que esto no suceda? Parece que quien debería hacerlo es el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), pero no se conoce que así lo haga.