2021.06.01
Vía El Economista
Ayer 31 de mayo, previo a la conclusión de su encargo como Secretario General de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), José Ángel Gurría dio a conocer que es altamente probable que este año se logre un acuerdo internacional en materia de impuestos digitales. Se trata de un tema que ha causado mucha discusión a nivel internacional y para el que no se había logrado un consenso en buena parte por la oposición del anterior gobierno de Estados Unidos, encabezado por Donald Trump.
Sin embargo, con la llegada de Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos, se estimaba que esa postura podría cambiar radicalmente, sobre todo porque los demócratas han mostrado desde hace algunos años una visión más proactiva con relación a las grandes plataformas digitales y el poder desmedido que han adquirido en un entorno de escasa regulación, en rubros como el de competencia, privacidad y protección de datos personales, e incluso de su utilización como instrumentos de manipulación del debate público. El tema de la tributación no escapa al cambio de gobierno en Estados Unidos. Habrá que estar atentos al esquema de tributación que finalmente se acuerde a nivel global y ver de qué manera altera el enfoque que ha impulsado la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en los últimos dos paquetes económicos que ha enviado al Congreso. Lo anterior es de gran importancia sobre todo en el contexto del paquete económico para el 2022 que deberá presentarse en septiembre.
Es un hecho que el gobierno de México necesita fortalecer sus ingresos, sobre todo en un contexto post pandemia y que en el horizonte se prevé que las pensiones y otros compromisos de gasto reduzcan el margen de maniobra del sector público en el mediano y largo plazo. Así que el tema es importante a efecto de que no se le descuadren más las cosas a la SHCP. Sin embargo, es una muy buena noticia que finalmente se esté por lograr un acuerdo en materia de cómo y dónde deben pagar sus impuestos los proveedores de servicios digitales que en una gran mayoría de casos se trata de servicios transfronterizos.
Ahora bien, habremos de estar atentos a la propuesta de reforma fiscal que se supone hará el gobierno del presidente López Obrador. Hasta ahora, con base en las decisiones importantes que ha adoptado su gobierno, podemos afirmar que no hay una expectativa de una propuesta ambiciosa, pues en casi todas las decisiones económicas adoptadas por la 4T desde el 2018 no hemos visto audacia o determinación para proponer cambios de fondo.
Por cierto, es obvio que la propuesta de reforma fiscal y su eventual discusión se definirá en gran medida a partir del resultado de las elecciones del próximo domingo, día en que los mexicanos saldremos votar para elegir entre regresar al siglo XX o tratar de recuperar el rumbo y prepararnos para lo que nos depara el siglo XXI. Esa es la disyuntiva que nos plantea la decisión electoral que habremos de tomar cada uno en lo individual al momento de plasmar nuestro voto en la boleta electoral que tendremos frente a nosotros. Habremos de elegir entre permitir que un grupo político siga pretendiendo imponer a México una política aldeana, o darle la oportunidad a nuestro país para retomar el camino para poder estar listos para los grandes desafíos que impone el siglo XXI. Ya vimos que uno significativo como fue la llegada de la pandemia del Covid-19 nos demostró que tenemos mucho por hacer.