2021.07.05
Vía La Lista
Los crackers utilizan su muy impresionante habilidad informática para entrar en sistemas de seguridad, infectarlos para suplantar identidades y robar información.
La guerra contra un poderoso virus nos ha puesto en cuarentena por más de 18 meses. El mundo ha tenido que cerrar sus puertas para evitar la propagación de una enfermedad, hasta hoy bastante desconocida.
En paralelo, cuando la tecnología nos ha sacado de entornos corporativos y llevado a nuestra casa para seguir adelante con nuestra actividad social y económica, ya de una forma muy digitalizada y en confinamiento, se ha empoderado otra amenaza global que ataca no solo a humanos, sino también a grandes corporaciones: el ransomware, o programas que infectan y secuestran datos, obligando al usuario a pagar un rescate.
Históricamente hemos etiquetado como “hacker” a aquellos que irrumpen en sistemas cibernéticos y son los delincuentes que se meten en nuestra vida digital para robarnos información. La realidad es que existen ocho tipos de hackers, muchos muy éticos, pero los denominados crackers son los que ejercen actividades ilegales.
Los crackers utilizan su muy impresionante habilidad informática para entrar en sistemas de seguridad, infectarlos para suplantar identidades y robar información con el objetivo de ganar dinero a costa de otros, sin el menor pudor ético.
Hoy proliferan ciberataques –muy bien desarrollados– que se filtran por redes sociales, correo electrónico, WhatsApp, etc. Se envían promociones de marcas conocidas y reconocidas, invitando a que otorgues tus datos e información confidencial para verificar supuestas intromisiones en cuentas de banco, servicios de streaming o programas de lealtad, y te solicitan reestablecer contraseñas para seguir disfrutando de las diferentes suscripciones de servicios. Así, aprovechando el factor sorpresa y un desconocimiento absoluto de lo que está pasando, te conviertes en otra de sus víctimas, ¡grave error!
Los crackers no crecen por sí solos, algunos usuarios los han consolidado al pedirles que investiguen a personas, que les consigan entradas a internet o les den accesos a servicios de streaming de forma “gratuita”. Sin embargo, ellos son los padres de los correos basura, mejor conocidos como spam, que tienen como finalidad de robar identidades, información confidencial, financiera y propiedad intelectual, por decir algunos ejemplos.
Si no quieres ser víctima de ciberdelincuentes, te recomiendo:
- Asegúrate de contar con un muy buen antivirus.
- Utiliza contraseñas seguras. Poner tus iniciales y fecha de nacimiento o, peor aún, una consecución numérica del 1al 10 no te servirá de nada, los crackers tardan milésimas de segundo en descifrarlas.
- Realiza copias de seguridad de la información de tus dispositivos de manera regular.
- Integra un protocolo de seguridad en todos los dispositivos que estén conectados a internet, de tal forma que ninguno sea la puerta de acceso a tu información.
- Asegúrate de no abrir correos ni enlaces sospechosos.
- Al entrar a páginas de internet, verifica que tengan el candado de seguridad en el buscador para asegurarte que sea un sitio seguro, o bien solo utiliza aplicaciones oficiales.
- Accede mediante redes wifi seguras.
El debilitamiento de los sistemas cibernéticos en los hogares, la conectividad mediante plataformas de comunicación como Zoom y la falta de pericia informática de los usuarios no nativos digitales han sido las principales causas de la viralización de los crackers.
Los ciberdelincuentes aprovechan tanto la vulnerabilidad de los dispositivos, como su conexión a redes sin resguardo, para realizar robo de identidad y de información confidencial empresarial. La mejor forma de protegerte de la ciberdelincuencia es tener un control estricto de tu vida digital. Así sea.