Uno de los temas más relevantes que están en la agenda del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) en este segundo semestre es la licitación de la banda de 2.5 GHz, proceso que arrancó con la consulta pública de las prebases de licitación. Es un tema de gran relevancia, porque del resultado de este proceso depende en buena parte el estado de la competencia en el segmento de servicios móviles, pero también el de la competencia en el segmento de provisión de accesos de banda ancha en nuestro país.
El proceso lleva un desfase con relación al acceso que el operador más grande, Telcel, ya tuvo a esta porción del espectro radioeléctrico. Hay que recordar que en abril pasado, el IFT autorizó a América Móvil la adquisición de una empresa de Multivisión que era titular de concesiones en buena parte del país respecto a 60 MHz en la banda de 2.5 GHz, lo que le permite llevar ya una ventaja importante sobre el resto de los operadores.
Ahora bien, tomando ello como una situación ya consumada, sobre la que no vale la pena disertar en este momento, hay que reconocer el esfuerzo del IFT para poner en marcha el proceso de licitación de 120 MHz de esta banda en todo el país. El proceso ha sufrido algunos retrasos respecto al calendario original que se había propuesto el IFT, calendario que preveía que a partir de este lunes y hasta el 13 de octubre se empezarían a recibir las preguntas, dudas o aclaraciones sobre las bases de licitación o cualquiera de sus anexos.
El retraso es comprensible entre otras razones por la atinada decisión de ampliar el plazo para la recepción de comentarios dentro de la consulta pública sobre las prebases de licitación y en virtud de los días que el IFT suspendió actividades como consecuencia del sismo del 19 de septiembre pasado.
El calendario previsto en las mismas prebases permite observar que hay otras actividades en las que se podrían hacer ajustes de manera tal que se pueda compensar por el retraso al que ya me referí en el párrafo anterior.
De los comentarios de los participantes en la consulta pública, es importante que el IFT no pase por alto aquellos relativos a los riesgos para la competencia de permitirse la participación de Telcel en esta licitación, aun cuando ello ocurriera en una segunda etapa, en función de la actividad de los interesados en la primera etapa.
En este sentido, por más que se intente valorar positivamente la acción de poner en manos del mercado más espectro radioeléctrico para que pueda ser explotado para proveer servicios más modernos a los usuarios en México, ello no puede hacerse en detrimento de la prospectiva de competencia en el sector telecomunicaciones en el mediano y largo plazo en nuestro país. Sobre todo, cuando se trata del operador que tiene huella nacional en las bandas de 800 MHz, 1700 MHz, 1900 MHz y posiblemente ahora en la de 2.5 GHz. Mientras que sus competidores no pueden presumir lo mismo.
Hago votos para que el IFT tome la mejor decisión en beneficio de los usuarios, de la competencia y de un mejor bienestar para todos.
La elección del presidente del IFT
La semana pasada se llevaron a cabo en el Senado de la República las comparecencias de los cinco comisionados interesados en presidir a dicho órgano regulador. Como ustedes estarán enterados, el periodo de cuatro años del primer presidente del IFT, Gabriel Contreras, concluyó el pasado 10 de septiembre del presente. Se trata de un proceso nunca antes realizado en el Senado, que si bien puede mejorarse, nadie puede objetarlo, pues ha sido transparente y se privilegió promover la máxima participación, garantizando el derecho de audiencia de aquellos que tienen un legítimo interés.