Es innegable que en diversas ocasiones una ley o norma nos da un margen de incertidumbre que permite la interpretación, la cual por lo general tiene cierto grado de subjetividad y va dirigida hacia aquella que mejor atienda el interés que en ese momento se defienda o se ataque.
Sin embargo, por lo general, el legislador cumple su cometido al ser claro en el contenido, alcances y sentido de las disposiciones normativas que integran un texto legislativo.
Y es que, al identificar los alcances de una disposición legal, si tenemos dudas sobre su aplicación debido a que el texto no sea claro o genere confusión, tenemos el `espíritu de la ley` que se encuentra tanto en la `iniciativa` que dio origen, como el `dictamen` mediante el cual el Poder Legislativo expone las razones que sustentan la viabilidad y necesidad de la creación de la ley, así como diversas consideraciones y raciocinios respecto de porqué se establecen ciertos artículos o conceptos.
Todo lo anterior viene a lugar debido a que se pretende generar confusión respecto a cómo se debe declarar la preponderancia en materia de telecomunicaciones y de radiodifusión, pues algunos analistas han señalado que no hay claridad en la reforma constitucional en telecomunicaciones sobre si ésta tiene que ser declarada por servicio o por sector.
Dicha falta de claridad denota desconocimiento del contenido de la reforma constitucional, o el interés de interpretar a como dé lugar la ley a su conveniencia e intereses. Pues tanto en el artículo 28 constitucional, en su párrafo décimo quinto, en el artículo octavo transitorio del decreto de reforma constitucional, así como en el dictamen aprobado en la Cámara de Senadores (página 269 y 270), no se deja lugar a dudas respecto a que la preponderancia debe ser declarada por sector, no por servicios.
Es así que no nos confundamos ni queramos confundir a los demás, la preponderancia se declara por sector, así lo establece la reforma constitucional y así debe venir en la legislación secundaria. No hay pretexto ya en el Congreso, llegó la hora de las telecomunicaciones, las mayorías deben imponerse.
