2021.10.19
Vía El Economista
Dentro de la narrativa que la administración del presidente López Obrador ha elegido para promover las supuestas bondades de la reforma eléctrica que propuso al Congreso de la Unión, está la estigmatización de los grandes usuarios, comerciales e industriales, por las menores tarifas que pagan, frente a los usuarios domésticos, que según lo quiere hacer ver la 4T, de manera injusta pagan tarifas más altas.
Lo primero que hay que decir sobre ese comparativo que ha venido usando el gobierno federal como caballito de batalla, desde la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, es que omite aclarar a la población que en todos los países se observa un diferencial entre las tarifas que pagan los hogares, siempre más altas que las tarifas que pagan los grandes usuarios, ya sean comerciales o industriales, y ello es así en función del volumen de energía que consume cada tipo de usuario, pero también del costo de la infraestructura para suministrar la energía a esos usuarios.
Por otra parte, es de destacarse la poca atención que ha merecido el comparativo que han utilizado tanto el presidente como integrantes de su gabinete, incluso en las conferencias mañaneras, con en el que se afirma que los hogares de México pagan una tarifa de “5.2 pesos por kilowatt”, frente a la tarifa de “1.80 pesos por Kilowatt” que según los datos que reporta el gobierno, pagaría en promedio una tienda Oxxo, o bien, frente a los “1.70 pesos por Kilowatt” que según la propaganda gubernamental pagarían Walmart o Bimbo.
En el caso de la tarifa que la 4T afirma que pagan los hogares de México, hay que decir que todo indica que se refieren a la tarifa conocida como Tarifa de Alto Consumo, o Tarifa DAC, como la denomina la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que para este mes, se ubica en 5.7 pesos por Kilowatt hora para la zona centro del país. Hay que decir que esa tarifa era de 4.9 pesos por Kilowatt hora apenas en enero de 2021, lo que representa un incremento de 16.3 por ciento en apenas 9 meses, un dato para aquellos que presumen que no han habido incrementos en las tarifas eléctricas en México, por encima de la inflación, bajo el manto de la actual administración.
Pero, ¿qué tiene de malo que se utilice ese número? Pues que el gobierno lo utiliza tramposamente para magnificar una supuesta diferencia entre tarifas que pagan los usuarios en México. Lo afirmo porque esa Tarifa DAC, la pagan solo el 1.2 por ciento de los usuarios domésticos en nuestro país, es decir cerca de 480 mil hogares. El resto de los hogares de México, un poco más de 40 millones de usuarios domésticos, pagan tarifas menores, cercanas a los tres pesos por Kilowatt hora, así que no hay forma que en promedio un hogar pague el promedio que tramposamente señalan los ejecutivos de la CFE y que le han vendido al presidente.
Entonces, si solo de revisar el comparativo de tarifas que el gobierno se ha empeñado en utilizar para descalificar las tarifas que se pagan en México, como consecuencia de la reforma energética de 2013, sobresale una manifiesta intención de engañar al pueblo de México, ¿qué se puede esperar de todos los demás argumentos que también ha venido utilizando la 4T en contra de la anterior reforma energética y de los diversos arreglos contractuales vigentes hoy en día en México? Para empezar, afirman que muchos actores actúan al margen de la ley, que han defraudado a México, etcétera, pero no han presentado una solo prueba de denuncias ante la Fiscalía General de la República o sentencias condenatorias emanadas del Poder Judicial. No hay nada, se trata de propaganda pura pues.