2019-10-01
Ayer trascendió que la familia Alemán no había logrado cumplir con el primer pago que había comprometido cuando se cerró la operación por la adquisición de 50% del capital de Radiópolis, que aún sigue en manos de Televisa. Me refiero al pago de los primeros 35 millones de dólares, de un total de cerca de 64 millones de dólares. Sin duda alguna es una noticia que sorprendió a muchos, porque en el ambiente financiero se daba por descontado que era una operación consumada, que incluso había recibido el visto bueno del Instituto Federal de Telecomunicaciones.
Sin embargo, pareciera ser que la turbulencia por la que ha atravesado la aerolínea Interjet, controlada también por la familia Alemán, particularmente en este año, ha terminado por contagiar otras líneas de negocios o proyectos en los que están involucrados. Los problemas de Interjet se remontan a enero del 2011, cuando se anunció la adquisición de una flota de 15 aviones Sukhoi Superjet 100, con opción a compra de otros cinco, a la empresa SuperJet International, conformada por la italiana Finmeccanica Spa y la rusa Sukhoi Holding. Para marzo del 2015, Interjet anunció que había cerrado la adquisición de otras 10 unidades, y que de un total de 30 aeronaves Sukhoi Superjet 100 ya había recibido 13 y a más tardar en el 2016 estaría recibiendo las restantes 17. En total, se habrían invertido cerca de 1,000 millones de dólares por esos aviones.
Pero justamente en diciembre del 2016 empezaron los problemas, pues la Agencia Federal Rusa para el Transporte Aéreo emitió una advertencia sobre problemas de seguridad encontrados en siete aeronaves Superjet 100, por lo que Interjet tuvo que dejar en tierra sus aeronaves para someterlas a revisión. A partir de ahí, de las 30 aeronaves anunciadas como adquiridas, se reporta que Interjet sólo cuenta hoy con 22, de las cuales, sólo estarían en operación nueve. Lo que evidentemente se traduce en un problema de generación de flujo para Interjet, que para complicar más las cosas, tiene un apalancamiento mayor que el de sus rivales, Aeroméxico y Volaris.
En este complicado contexto Interjet se metió en problemas adicionales cuando se vio obligado a cancelar 155 vuelos a finales de julio de este año, afectando en ese momento a cerca de 21,000 pasajeros. Según fuentes de la industria, ello ocurrió en virtud de que sus tripulaciones llegaron al límite de horas de vuelo por mes; es decir, que habría vendido una capacidad mayor que la que realmente podía ofrecer.
Aunado a lo anterior, se ha reportado que Interjet tiene problemas adicionales en virtud de que en agosto pasado se supo que el Sistema de Administración Tributaria (SAT) le inició un procedimiento de ejecución para el cobro de adeudos fiscales, que consistía en el embargo de 10% de su flujo de efectivo. Aunque se trata de un procedimiento que está siendo litigado por Interjet, todo indica que fue suficiente para que los bancos le cerraran el acceso a financiamiento.
La precaria situación que atraviesa Interjet, provocada por la ahora evidente equivocada estrategia de compra de los aviones Sukhoi Superjet 100, sus complicaciones para poder contar con las tripulaciones suficientes para atender la cantidad de vuelos que ofrece y sus problemas con el SAT harían necesario que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), así como la Procuraduría Federal del Consumidor anticipen el diseño de una estrategia a efecto de prevenir oportunamente un serio problema como el que se presentó en Inglaterra por el cierre repentino de la touroperador Thomas Cook, que dejó varados a miles de turistas fuera de su país.
Todo parece indicar que este escenario ha afectado la capacidad financiera de la familia Alemán para hacer frente al primer pago del paquete accionario de Televisa en Grupo Radiópolis. Habrá que estar atentos al desenlace final en esta importante transacción para el segmento de la radio en México.