Javier Orozco Gómez | Milenio | 5 de Octubre 2015
Es innegable la evolución tecnológica que han tenido los medios de comunicación, y se refleja en las diversas plataformas de difusión, pero también es cierto que los medios tradicionales, específicamente la radio y la televisión, han evolucionado para competir y seguir presentes.
Por desgracia, se percibe, particularmente en el ámbito de la radio, que hay desinterés de la autoridad reguladora para implementar una verdadera política pública que marque el camino que se debe seguir.
Hoy existen cuatro temas claros que involucran a la radio, y se percibe de inmediato una ausencia de directrices para darles solución: licitación de frecuencias de radiodifusión; posible separación inferior a 800 kilohertz (khz) entre estaciones de FM; alternativas a la migración de estaciones de AM a FM; y el impulso a la radio digital.
En materia de la futura licitación, el Ifetel, además de basarse en el parámetro poblacional, debe realizar estudios que revelen cuáles son las condiciones económicas y sociales de cada plaza a licitar, eso permitiría un uso eficaz del espectro.
Existe una mala interpretación de la reforma constitucional respecto a reducir de 800 khz a 400 khz la separación entre dos estaciones en la banda de FM; una mala decisión al respecto dificultaría la adopción del estándar digital IBOC.
La transición de AM a FM es una política pública con grandes beneficios sociales y sin costo para el erario público o el usuario final. Faltan 171 estaciones de AM por migrar, y no se ven soluciones para su apoyo.
Es evidente: la radio en México requiere de una política pública clara y precisa.