85 mil 400 millones de dólares. Un cuarto del gasto (al 2014) del gobierno de México. Casi el gasto total de países como Colombia y más que lo que gastan anualmente los gobiernos de Uruguay, República Dominicana y Bolivia juntos.
Ese es el monto que el fin de semana AT&T y Time-Warner acordaron para que la primera –empresa de telecomunicaciones con un largo historial en EU, adquiriera a la segunda–. En un evento sin precedentes y como sorpresa para muchos, los consejos de administración de ambas compañías en EU el sábado anunciaron esa compra estratégica para crear un monstruo integrado verticalmente de telefonía celular, datos, servicios satelitales, televisión y ahora contenidos propios con HBO y la cadena de noticias CNN.
Ambas empresas tienen largas historias en Estados Unidos, incluyendo la división de AT&T en diversas compañías en los años ochenta por órdenes de las autoridades de competencia económica, pero nunca como antes habían tenido las presiones competitivas que enfrentan ahora con la convergencia de servicios de telecomunicaciones, televisión y contenidos. AT&T se enfrenta ahora no sólo a la competencia de rivales como Verizon sino también ahora de compañías como Netflix, Amazon y otras. Estas compañías de tecnología han entrado a los mercados tradicionales de AT&T para irrumpir en sus modelos de negocio.
La idea central de este tipo de adquisiciones gigantes es entonces integrar a las diferentes capas de infraestructura, servicios y contenidos para crear economías de escala ante un panorama de convergencia de todos estos servicios. Para muestra de ello, Comcast, una empresa de telecomunicaciones, adquirió hace unos años a NBCUniversal, generador de contenidos, por 30 mil millones de dólares.
La gran pregunta ahora ante estas embestidas de fusiones y adquisiciones es si las autoridades de competencia económica en EUA aprobarán esta adquisición. El panorama es aún adverso ante las elecciones presidenciales de EUA (aunque su aprobación seguramente sería después de ello), la recomposición en las agencias regulatorias como la FCC y el Departamento de Justicia (quien lleva la parte penal de competencia económica) y una nueva administración que pudiera o no ejercer presión sobre una adquisición de este tamaño.
En otra frecuencia…
La Dirección de Aeronáutica Civil expidió hace aproximadamente un año las normas para la regulación de los drones comerciales y para amateurs, copiando muchas de las disposiciones emitidas en países como EU.
Ahora es el Congreso de Jalisco que hace unos días envío al Congreso de la Unión una iniciativa para reformar diversas disposiciones de la Ley de Aviación Civil y expide una Ley Federal para Regular el uso de Aeronaves no tripuladas pilotadas a distancia. En ellas se establecen las responsabilidades por el uso del espectro radioeléctrico, la protección de datos y la toma de imágenes aéreas, así como de los potenciales daños causados por la operación de la aeronave. Ante la explosión de los drones comerciales y de uso recreativo, ¿será otro caso en el que las leyes restringen la innovación? Veremos.