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La desmemoria de América Móvil

América Móvil difundió un comunicado porque no le gustó la diferencia entre las tarifas que el IFT determinó que podrá cobrar a sus competidores.

2017-11-14

La semana pasada señalé que la decisión del Instituto Federal de Telecomunicaciones en materia de interconexión, adoptada como consecuencia de la sentencia de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación con relación al debatido tema de la mal llamada “Tarifa Cero”, se había traducido en expresiones de decepción por parte de los competidores del agente preponderante y me atreví a afirmar que tampoco dejaría contento a América Móvil, además de anticipar que la resolución del IFT seguramente sería litigada en los siguientes meses.

Ayer, América Móvil difundió un comunicado para cuestionar esa decisión, entre otras razones, porque no le gustó la magnitud de la diferencia entre las tarifas que el IFT determinó que América Móvil podrá cobrar a sus competidores por el tráfico que estos envían a la red de este agente y las tarifas que este, el Preponderante, deberá pagar a esos operadores.

El argumento central de América Móvil para cuestionar la magnitud de la asimetría en las tarifas es “que en el ámbito internacional, las asimetrías históricas en este tipo de tarifas y las muy pocas aún vigentes son muy inferiores a las establecidas por el IFT”. En efecto, las asimetrías que han existido en otros países han sido menores, lo que no dice América Móvil en su comunicado es que, en esos países, los problemas de competencia eran sustancialmente menores que los que se han documentado en México. Para empezar, prácticamente no hay país en el mundo con los niveles de concentración que aún se observan en el mercado móvil de México, donde la participación de mercado del líder, América Móvil, es mayor que la suma de los dos competidores que le siguen, medido en porcentaje de líneas.

En su comunicado, América Móvil utiliza el diferencial de tarifas de interconexión determinado por el IFT para quejarse de un supuesto “régimen de subsidio sustancial en beneficio de los otros operadores”. La desmemoria le impide hablar del subsidio del que sí se benefició durante años por el hecho de que la extinta Cofetel y la SCT no sólo determinaron tarifas de interconexión que debía cobrar Telmex a los demás muy por encima de lo que fijaban otros países, sino que además le obsequiaban la posibilidad de cobrar un sobrecargo a esa tarifa cercano a 60% de la misma, para cubrir costos en los que había incurrido ese operador con el fin de poder estar listo para abrir sus redes, que al paso del tiempo, no tengo ninguna duda de que fueron sobreestimados.

La misma desmemoria le impide a América Móvil recordar que, durante varios años, las reglas que mantenía la SCT para el tratamiento de las llamadas de larga distancia internacional que entraban a México le significaron ingresos de cerca de 800 millones de dólares por año que ni siquiera estaba obligado a usar para invertir en el despliegue de más infraestructura. No en balde, por esas medidas que le daban un poder injustificado frente a los competidores, perdimos un panel de solución de disputas promovido por los Estados Unidos ante la Organización Mundial de Comercio.

De la misma forma, omite hablar de la tarifa que durante años la Cofetel le permitió a Telmex cobrar por cada minuto de llamada que se hacía de su red a teléfonos móviles en este país, que injustificadamente se mantuvo durante años en 60 centavos de peso por cada minuto, por concepto de “facturación y cobranza”, dentro del régimen conocido como “el que llama paga”, lo que le permitió obtener miles de millones de pesos en ingresos que no se justificaban.

Así que hago votos para que la desmemoria de América Móvil no sorprenda al IFT, pero tampoco a analistas ni al Poder Judicial, que en varias ocasiones se han ido con la finta de la desventura del prepoderante.

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