2021.11.03
Vía Gerardo Flores Ramírez
Ayer inició en Glasgow, Escocia, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), y según lo que reportaron medios de distintos países, si bien los presidentes Biden, de Estados Unidos, Macron, de Francia, y Johnson, de Inglaterra, incluyeron en sus discursos advertencias sobre las consecuencias para nuestro planeta de no modificar el rumbo y asumir mayores compromisos para la reducción de emisiones de gases efecto invernadero, también se observaron las tensiones que siempre están presentes en esfuerzos como el que representa la COP26, sobre todo cuando se trata de señalar a quienes no han hecho el esfuerzo suficiente o no han destinado los recursos necesarios para cumplir con los compromisos derivados del Acuerdo de París.
En este contexto, todos los medios destacan la ausencia de los presidentes de Rusia y China, naciones reconocidas como grandes emisores de gases efecto invernadero. Por otra parte, también está el caso de la India, cuyo Primer Ministro sí estuvo presente en el primer día de esta cumbre mundial, que anunció, por primera vez, el compromiso de la India para lograr la meta de cero emisiones netas de carbono para el 2070, que se excede en 20 años respecto al año que la mayoría de países desarrollados se propuso para alcanzar esa meta, el 2050, pero que la mayoría de los expertos coincide en que es lo realmente viable, por ahora.
Apenas fue el primer día, de una cumbre que durará dos semanas, pero algunos ya anticipan que habrá fuertes obstáculos para lograr los acuerdos necesarios para limitar el calentamiento global dentro del rango objetivo de 1.5 grados celsius. Y es que las dificultades están a la vista cuando observamos que los combustibles fósiles siguen siendo un elemento central dentro de la planeación de largo plazo de muchos países, entre ellos México, desde luego.
De hecho, el Informe sobre la Brecha de Producción en su edición 2021, cuya publicación inició en 2019 el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), revela que los gobiernos de por lo menos 15 países productores de este tipo de combustibles aún planean producir en 2030 una cantidad de combustibles fósiles que representa más del doble de la producción que se considera como consistente con el objetivo de limitar el calentamiento global a 1.5 grados celsius.
El problema que enfrenta el planeta se recrudece cuando llegan al poder en distintos países líderes con una visión miope sobre los desafíos que enfrenta la nación cuyo gobierno les corresponde encabezar, que juzgan la mayoría de las veces en aislamiento o desvinculados de los que enfrenta la región en la que se ubican, y sobre todo, el mundo como un todo. Ahí están los casos de Trump, Bolsonaro, y desde luego López Obrador, que prefiere la comodidad de las “mañaneras” al escenario de una cumbre como la COP26.
El caso de México con López Obrador es un ejemplo nítido de la visión chata con la que se pretende evaluar los esfuerzos y compromisos de otros países. “Es que ellos siguen produciendo mucho petróleo”, “es que ellos siguen usando mucho carbón para generar electricidad”, etcétera. Bajo esa lógica, que lejos de mirar hacia adelante y reconocer los verdaderos costos, presentes y futuros, de seguir privilegiando la producción y uso de los combustibles fósiles, que abiertamente desprecia el papel creciente de las energías renovables, porque “son intermitentes”, se estima francamente imposible que se logren las metas que como colectividad mundial aspiramos que se cumplan.
Ojalá pronto nos caiga el veinte que esa actitud egocentrista más pronto que tarde lejos de representar un orgullo futuro, se convertirá en una loza más pesada. A ello apunta la reforma energética por cierto.
Triste noticia
El domingo me enteré con sorpresa y pesar, sobre la repentina partida de Pedro Suárez. Aún recuerdo que hace poco más de diez años, cuando inicié mis contribuciones semanales en El Economista, Pedro, entonces editor de la sección Empresas y Negocios de este medio me compartía su entusiasta opinión, objetiva en todo momento, sobre mis colaboraciones. Un abrazo a su familia y amigos.