Mucho se ha escrito sobre lo difícil que es operar, desde 2007, las estaciones de radio y televisión durante procesos electorales y no me refiero a lo complejo que es transmitir los millones de spots que las estaciones están obligadas a dar —gratuitamente— a partidos políticos y autoridades electorales, sino a los criterios editoriales que nuestra burocracia electoral y los partidos inventan cada elección, haciendo ya prácticamente imposible la práctica de un periodismo serio para las elecciones presidenciales de 2018. Van algunos ejemplos recientes:
1) Entrevistas obligatorias: la periodista Denise Maerker, titular del noticiero nocturno de Las Estrellas, buscó hacer entrevistas relevantes para los cuatro candidatos punteros al Estado de México: PRI, Morena, PAN y PRD. A los cuatro les hizo el mismo número de preguntas provenientes del público y de entre sus propios rivales. No invitó a los dos candidatos restantes, los cuales prácticamente ni aparecían en las encuestas (PT y candidata independiente).
De hecho, el candidato del PT, Óscar González, tan sabía que su candidatura no era seria que acabó declinando. Sin embargo, a su partido y a la burocracia del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) se les ocurrió que las entrevistas fueran “equitativas”, pero no respecto a los que fueron entrevistados, sino para obligar a la periodista a entrevistar a los que por su bajo reconocimiento o falta de trabajo electoral había decidido no invitar. Así, el IEEM le abrió un procedimiento inquisitivo.
No sólo es de llamar la atención que se perfile el realizar “entrevistas obligadas” sino también que hoy en día un organismo electoral local como el IEEM se empiece a adjudicar decisiones regulatorias en radio y TV cuando hasta ahora han sido de jurisdicción federal y exclusivas del Instituto Nacional Electoral (INE) y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Con este proceso inquisitorio la libertad periodística para decidir a quién y cómo se entrevista está en riesgo, pero también todo el modelo de comunicación electoral que se ha venido diseñando con autoridades federales desde 2007.
2) Debates frustrados: en radio, el periodista Joaquín López Dóriga intentó hacer un debate entre los candidatos a la gubernatura del Estado de México, algo menos aburrido y monótono que los debates oficiales que hacen las autoridades electorales. Al final, este debate no se dio pues varios candidatos prefirieron no enfrentarse en Radio y Telefórmula.
Sin embargo, para asegurar que no hubiera un debate que les afectara, algunos de los candidatos enviaron a “ciudadanos” a quejarse del comunicador y de la estación de radio y TV. La idea era frustrar el debate mediante quejas “ciudadanas”, mismas que fueron desechadas cuando éste formalmente se canceló.
3) Inquisición sobre la cobertura: otros connotados periodistas, Ciro Gómez Leyva y Manuel Feregrino, también en Telefórmula, decidieron mostrar 30 segundos de un video de seis minutos que publicó el PRI-Edomex en redes sociales. En él, aparecía Alfredo del Mazo hablando con un grupo de enfoque. Como a los partidos no les gustó la retrasmisión parcial del cortometraje priísta, mandaron abrir otro proceso sancionador. ¡Otro más! La novedad aquí fue que, además del proceso de investigación contra Gómez Leyva, Feregrino y Fórmula, la investigación se amplió contra los sistemas de TV de paga que restransmiten la señal de Telefórmula. Así, empresas completamente ajenas a la cobertura editorial de Ciro Gómez Leyva, como SKY, izzi o Megacable también están siendo investigadas y tendrán que comparecer ante las autoridades federales.
4) Fútbol: pero el INE, no satisfecho con complicar los noticieros y los cortes comerciales con millones de aburridos spots, ahora también va contra el fútbol. ¿Por qué no? Ahora, el instituto está en proceso de sancionar a las televisoras que hayan sacado en sus coberturas futbolísticas alguna valla en un estadio de fútbol en donde apareciera algún partido político. Han de saber que los estadios rentan a terceros las vallas para que éstos anuncien publicidad al público presente en el estadio. Para las televisoras es imposible saber qué valla aparecerá en determinado momento y por dónde circulará el balón de fútbol, pero eso es lo de menos, ahora vienen sanciones contra Azteca y Televisa y el tema también sentará precedentes para Imagen, FOX Sports, TDN y ESPN.
5) Lineamientos para noticieros: en este contexto de censura, procesos sancionadores e incertidumbre, esta semana inicia la consulta del INE para los “Lineamientos” de cobertura noticiosa que estarán vigentes para la elección presidencial de 2018. Habrá que ver con qué novedades salen y si seguirá vigente la recomendación de diferenciar entre información y opinión.
La realidad es que el modelo de comunicación electoral en México —a 11 años de su entrada en vigor— está completamente rebasado. Los partidos y algunas autoridades electorales están haciendo maniobras para “tapar” los boquetes por los que entra el agua. Y es que mantener un esquema de control férreo contra medios que fluyen ya no únicamente por radio y TV abiertas (sino también por cable, satélite e internet —en sus varias modalidades—) está haciendo que las autoridades tomen decisiones absurdas y que todas estas rayen en censura.
Así nos acercamos al proceso electoral (2018) que será el más competitivo y polémico en la historia del país, con comunicadores, noticieros, empresas mediáticas, estadios y hasta fútbol en acecho. Falte ver en estos temas qué hace una mayoría de consejeros del INE y sobre todo la nueva integración de la Sala Superior del Tribunal Electoral Federal. En ambas instituciones hay funcionarios comprometidos con la libertad de expresión, pero es incierto hagan mayoría para detener el ataque que partidos, “ciudadanos” y organismos electorales locales afines están realizando para evitar la discusión periodística de temas de interés público.
Si la burocracia electoral gana su lanzada contra los medios, olvídese de debates periodísticos, de coberturas y entrevistas sobre temas electorales y hasta de partidos de fútbol como hasta ahora se trasmiten en todo el mundo. México gira en torno a lo que la desprestigiada partidocracia define, cuando debería de ser justo al revés.
Cambiando de tema…
René Delgado: luego de 24 años dejó de ser director editorial del Reforma. Le agradezco, en mis inicios periodísticos, haberme abierto (junto con Enrique Quintana) un espacio durante 14 años en el diario que dirigió y en el que siempre pude escribir con plena libertad. Nos queda seguir leyendo su imperdible Sobreaviso y esperando sepa que dejó a mucha gente agradecida por los ‘espacios’ que nos abrió.