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La batalla por el PRI

En el bloque opositor al peñanietismo están los gobernadores priístas. Entre ellos es probable que busquen un candidato de coalición

2019-02-05

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) ya no es lo que era antes, pero aún conserva fuerza relevante al tener 12 gubernaturas, 47 diputados y 14 senadores. En particular, sus legisladores federales son los que pueden darle al bloque gobiernista de Morena-PT-PES la mayoría calificada requerida (2/3 partes del Congreso), para sacar adelante las reformas constitucionales que ansía el nuevo gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador: la creación de la Guardia Nacional —que el PRI-diputados ya avaló— y la derogación de la reforma educativa.

Pero ello tiene al PRI en un triple conflicto: uno externo, presionado por el gobierno federal para sumarse a su agenda legislativa; otro interno, con varias corrientes y dirigentes en vías de un próximo enfrentamiento por la elección que viene este año para integrar a su dirigencia nacional; y, finalmente, uno con la sociedad y su militancia para reposicionarse como fuerza política con miras a las elecciones federales de 2021.

Ya varios aspirantes han levantado la mano, como los ex gobernadores Ivonne Ortega y Ulises Ruiz. También se comenta que buscará la dirigencia el senador priísta Miguel Ángel Osorio Chong. Todos ellos tienen amplia experiencia, pero representan al alicaído peñanietismo. Incluso, el propio senador Osorio sufrió la semana pasada un duro embate en la plenaria de los diputados federales priístas, en donde Humberto Moreira no cejó de liderar todo tipo de reclamos. También hay rumores de que el peñanietismo estaría preparando sumar a su bloque a dos ex secretarios, Enrique de la Madrid y José Narro.

En el bloque opositor al peñanietismo están los gobernadores priístas. Entre ellos es probable que busquen un candidato de coalición. El actual presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores, el campechano Alejandro Moreno, es una opción que viene sonando entre priístas.

El PRI tendrá que resolver pronto su elección interna y cómo se relacionará tanto con el gobierno como con la sociedad en general. De ello dependerá que vuelva a ser un partido de gran influencia o que, como pasó en la Ciudad de México con el triunfo del PRD (y luego de Morena), su estructura y discurso fueran cooptados por otros partidos, al grado de que es prácticamente inexistente.

Cambiando de temas…

*En ciernes, conflicto con Washington: Difícil encomienda tendrá Marcelo Ebrard esta semana cuando se reúna en Montevideo con varios países para tratar de mediar la crisis en Venezuela. Fuera de México, Uruguay, Cuba y algunos otros países caribeños (islas), todo el continente se ha puesto del lado de Juan Guaidó como encargado de la Presidencia venezolana. Incluso, el nuevo presidente de El Salvador, Nayib Bukele, apunta a apoyar la política del Grupo de Lima que reconoce a Guaidó, liderazgo que ya también ha reconocido la mayoría de países de la Unión Europea.

Con ello, es probable que México quede aislado con un consecuente daño reputacional y, lo que más preocupa, un daño económico. Y es que en Estados Unidos, si bien están acostumbrados a una activa política exterior mexicana, no les gusta que se coquetee con los países que apoyan a Maduro (Cuba, China y Rusia). Además, en Washington hay molestia contra México por tres temas: la disminución en la compra de gasolina a EU, la cercanía con la empresa Huawei, acusada de espionaje y robo de secretos industriales (su vicepresidenta de finanzas venía a México, a ver a varios funcionarios, justo cuando fue arrestada) y el paso franco que se da a los migrantes centroamericanos tratando de llegar a EU.

El anterior canciller mexicano, Luis Videgaray, fue habilidoso para maniobrar los muchos intereses en Washington. El nuevo canciller, Ebrard, es un político experimentado, pero enfrenta una misión difícil: apoyar a Maduro sin enfurecer a los estadounidenses en la coyuntura de la revisión del nuevo Tratado de Libre Comercio (T-MEC).

*Nuevo caso de corrupción inmobiliaria: En la entrega-recepción del Gobierno de la CDMX cuentan de una enorme corrupción en torno al parque La Mexicana, en Santa Fe. Fuentes cercanas al caso aseguran que al final de la pasada administración se le habrían reconocido a Grupo Danhos inversiones adicionales por 2 mil 500 millones de pesos. La documentación soporte, se dice, es escasa. La Mexicana enfrenta un litigio que, por el momento, ha suspendido nuevas obras y que se lleva en el Tribunal de lo Contencioso Administrativo de la CDMX, pero este tema podría escalar a una investigación penal y quizá lo peor sea que pone en entredicho novedosos esquemas de cooperación para hacer cosas que embellezcan a esta ciudad. El parque está muy bien logrado, lástima que las cuentas no sean claras.

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