La iniciativa de ley en revisión por parte de los legisladores busca integrar en un solo marco a los sectores de las telecomunicaciones y la radiodifusión, es decir, constituirse como una ley convergente.
La convergencia tecnológica refiere a la provisión indistinta de servicios de telecomunicaciones mediante una misma red, generando economías de alcance que se traducen en ahorros de costos para el despliegue de infraestructura necesario en la oferta de servicios de los operadores. La Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU, en inglés) indica que este concepto se utiliza para describir un mayor vínculo entre los sectores de radiodifusión, telecomunicaciones y tecnologías de la información y comunicaciones (TIC).
De esta forma, la convergencia tecnológica tiene una traducción directa en convergencia operativa, que favorece la generación de fusiones estratégicas de empresas dedicadas a la oferta empaquetada de servicios (Telefonía Fija y Móvil, TV Restringida y Banda Ancha). Esto a su vez se convierte en una convergencia regulatoria que hoy toma un significado trascendental en el contexto nacional, al concentrar esfuerzos para la aprobación de un marco regulatorio unificador de los sectores de radiodifusión y telecomunicaciones, que se ajuste adecuadamente a la tendencia internacional.
A pesar de esta tendencia concentradora en términos de regulación, es importante tener presente que estos sectores tienen diferencias significativas, tanto en el aspecto técnico como en términos operativos. Si bien en telecomunicaciones la condición sine qua non para facilitar la comunicación entre usuarios y asegurar la interoperabilidad de las redes es la interconexión, este elemento no existe como tal en el sector de radiodifusión. En cambio, para este último, el elemento crucial son los contenidos, es decir, el intercambio de señales emitidas de punto a multipunto, del proveedor a una multiplicidad de usuarios. De ahí que uno de los focos de la reforma sea la retransmisión de contenidos, que en la figura del must-carry/must-offer obligan, por un lado, a los operadores de TV restringida a llevar los contenidos de la TV abierta a todos sus usuarios, y por el otro, a los operadores de radiodifusión a ofrecerlos de manera gratuita, en tanto sigan vigentes los términos de la declaratoria de preponderancia en radiodifusión.
DESPROPORCIONES DE VALOR DE MERCADO
Desde el punto de vista del mercado, un elemento diferenciador es el valor que cada uno de los sectores tiene y que se reflejan a través de la aportación de sus ingresos al aparato productivo.
Las telecomunicaciones generaron 32,796 millones de dólares durante el 2013, con una tasa de crecimiento anual de 5.7%, aunque si tomamos en cuenta todos sus segmentos, es posible observar tasas de crecimiento a dos dígitos en algunos casos, donde destacan los servicios de banda ancha, tanto fija como móvil, y los servicios de TV restringida.
Por su parte, la radiodifusión, que generó 3,264 millones de dólares en el 2013, con una tasa de crecimiento anual de 3.8%, pondera 9.05% de los ingresos totales en este mercado convergente. Aquí, su penetración rebasa 95% de los hogares que cuentan con una televisión, situación que convierte a la TV abierta en el servicio con los mayores niveles de penetración entre los mexicanos.
De esta forma, es posible observar que las telecomunicaciones representan 90.95% del total de este mercado convergente.
Con todo, es importante no confundir la convergencia regulatoria que propone la reforma con la convergencia operativa que distingue tan claramente a ambos sectores. Así, nos encontramos ante dos sectores con desproporciones técnicas y económicas, por lo cual es comprensible que tengan diferentes medidas regulatorias específicas.