Ernesto Piedras/ El Economista
El cómputo en la nube (doud computing en inglés) define la posibilidad de acceso a una multiplicidad de soluciones de Tecnologías de la Información (TI) con el solo hecho de contar con conexión a Internet. La nube no es única, no es el Internet, pero tampoco es sólo un servicio, las nubes pueden ser tanto privadas como públicas y en ellas, las capacidades informáticas del software proveen a los individuos o empresas con una variedad de servicios. Los servicios que ofrece la nube van desde el correo electrónico, pasando por la provisión de capacidad de almacenamiento, hasta aplicaciones específicas para cada empresa o industria.
Sus beneficios se traducen, en primer lugar, en la generación de economías de escala a partir de recursos básicos de hardware, como una computadora y conexión de red. Este elemento se vincula con el ahorro de inversión para las empresas que se hubiese destinado a la compra de servidores u otros equipos de procesamiento y almacenamiento de datos.
Otra de las bondades de la nube es que produce eficiencias en la operación y asignación de recursos, tanto humanos como tecnológicos, con la consolidación de soluciones en un solo recurso digital. Adicionalmente, los servicios de la nube son flexibles y adaptables a las necesidades crecientes de los usuarios, debido a que están basados en Internet.
En este sentido, las ventajas de la nube pueden ser incorporadas para todos. Existen soluciones para grandes corporativos, que si bien pueden costear equipamiento avanzado de TI, recurrir a una nube privada permite potenciar su crecimiento, elevar su productividad y minimizar sus costos de capital. Por su parte, las pymes, al incorporar servicios de la nube pueden optimizar sus recursos presupuéstales y dirigirlos a la compra de soluciones virtuales que los aproximen a la capacidad productiva de los grandes agentes económicos. Además, la facilidad de acceso a los servicios de la nube constituye una gran ventaja para la administración de estos negocios.
Incluso, se estima que el crecimiento en la demanda por los servicios de la nube resultará de la susceptibilidad de adopción de las pymes. En el corto plazo, 30% de estas empresas, que representan aproximadamente 67,400 unidades económicas, puede ser beneficiado por estrategias tecnológicas basadas en la nube, con pleno goce de sus efectos multiplicadores. También, pueden verse beneficiadas alrededor de 243,400 micro empresas de alto poder, que por su giro de negocios (diseñadores de software, consultorías, casas de cambio, etcétera) son intensivas en el uso de la tecnología y asemejan su consumo de servicios TI a los grandes corporativos.
Los gobiernos también pueden ser parte de la experiencia del cómputo en la nube. Países como Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón, entre otros, han implementado este tipo de soluciones para hacer más eficientes los procesos administrativos, fomentar el uso de las TI, consolidar espacios en la red para la colaboración entre entidades de todos los órdenes de gobierno, así como mejorar la impartición de servicios a la ciudadanía.
Por lo tanto, la transición hacia los servicios de la nube no sólo indica el paso de infraestructura tradicional de TI a soluciones ubicuas, sino que involucra una gama de efectos multiplicadores para sus usuarios. La adopción de servicios en la nube, alineada con estrategias empresariales, permite optimizar procesos, reducir costos y aumentar la productividad, lo que finalmente lleva a incrementar los ingresos de las empresas.
Twitter: ernestopiedras
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