El jueves pasado, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presentó los resultados correspondientes al 2011 de la Encuesta sobre Disponibilidad y Uso de Tecnología de Información y Comunicaciones en los Hogares, levantada con apoyo de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel). Si bien se muestran avances con respecto al mismo ejercicio para el 2010, debe destacarse que las estadísticas ahí presentadas deberían ser motivo de preocupación para la administración que está por concluir, así como para la que iniciará el 1 de diciembre próximo.
Lo anterior, porque en los números presentados el jueves pasado por el INEGI se puede apreciar que hay algunos indicadores en los que México ha experimentado una desaceleración importante, comportamiento que es natural cuando se sabe que las variables que son objeto de la medición están aproximándose a la frontera natural de crecimiento. Ello se observa de manera marcada en países desarrollados, donde el porcentaje de hogares con teléfono, el porcentaje de hogares con computadora o el porcentaje de hogares con acceso a Internet muestra tasas de crecimiento reducidas o incluso cercanas a cero, fundamentalmente, porque ya la gran mayoría de los hogares tiene cubierta esta necesidad, por lo que cada vez son mucho menos hogares los que adquieren este servicio, lo que provoca que la tasa de crecimiento sea cada vez menor.
De acuerdo con los indicadores difundidos por el INEGI, en México está ocurriendo algo así, lo preocupante es que México no tiene el perfil de los países desarrollados. Por ejemplo, mientras a lo largo de la administración del presidente Calderón la tasa media de crecimiento anual de la proporción de hogares con computadora respecto del total fue cercana a 8%, entre el 2010 y el 2011, tal indicador creció a una tasa menor a 1 por ciento. Algo similar ocurre con el porcentaje de hogares con acceso a Internet. Mientras en el periodo 2006-2011 tuvo una tasa media de crecimiento anual de 18.1%, para el 2011 cayó a 5% respecto del 2010. Al cierre del 2011, sólo 23.3% de los hogares tiene acceso a Internet. Lo que no sabemos es a qué velocidad.
El comportamiento de estas dos variables sirve para ilustrar algo que muchos hemos afirmado ya anteriormente: que algo no se hizo bien durante la administración del presidente Calderón en el rubro de la sociedad de la información. Lejos de estar cayendo, las tasas de crecimiento de estos dos indicadores deberían haber incrementado.
Es verdad que posiblemente se observe una mejoría para el cierre del 2012, con el impulso de último minuto que se dio con el programa Compuapoyo, uno de esos programas que deben lanzarse en el primer año de gobierno, no en el último.
A pesar de ello, la nueva administración heredará un desafío importante, pues deberá diseñar políticas que tengan mayor eficacia para incrementar de manera significativa la penetración de las Tecnologías de la Información (TI) en los hogares. Se deberá dar un impulso sólido a la expansión de la infraestructura de acceso de banda ancha y super banda ancha, al equipamiento de los hogares con computadoras y a la capacitación de la población para usar estas herramientas, entre otras variables.
El porcentaje de hogares con televisión digital es otro rubro que merece especial atención. Particularmente porque, a partir del 2013, diversas ciudades de los estados de Baja California, Chihuahua, Nuevo León y Tamaulipas dejarán de recibir transmisiones de televisión en el estándar analógico, desde esa fecha, sólo los hogares habilitados para recibir señales de televisión digital terrestre podrán ver televisión abierta.
El tema genera preocupación por dos razones: 1) a escasos ocho meses de que inicie el apagón analógico en Baja California, un poco más de tres de cada cuatro hogares siguen sin estar habilitados para dicho escenario y 2) porque algo raro ocurre con los números que resultan de la encuesta del INEGI.
El caso concreto de Nuevo León es preocupante: según el INEGI, en Nuevo León no sólo no se incrementó el número de hogares con televisión digital, sino que se redujo de manera importante, más de 48,000 hogares habrían dejado de tener TV digital, con lo que el porcentaje de hogares se redujo de 26.2 a 21.7 por ciento.
Lo anterior puede tener dos explicaciones: o la gente de Nuevo León se está deshaciendo de este tipo de enseres domésticos o el INEGI y la Cofetel están midiendo mal. Bien valdría una explicación oportuna de ambas instituciones sobre el tema y, en su caso, una revisión de los números de años anteriores, porque variaciones de esta magnitud de un año a otro muestran los riesgos de tomar decisiones apresuradas.