Gerardo Flores
El Economista
La semana pasada, la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) anunció, como normalmente lo hace, con bombo y platillo, los resultados del índice de Producción del Sector Telecomunicaciones correspondientes al cuarto trimestre del 2012. Uno de los mensajes centrales de este anuncio fue la aparente reducción de 48% en las tarifas del servicio móvil, en el curso de todo el 2012.
Como sería de esperarse, el Comisionado Presidente del órgano regulador presumió en Twitter los resultados de este indicador, destacando de manera particular la espectacular caída en las tarifas del servicio móvil. En realidad, no cuestiono que salga a presumir información que pueda serle útil para transmitir optimismo a la sociedad. Lo que sí cuestiono es que cualquier autoridad salga a difundir información cuyo rigor metodológico es -por decir lo menos- débil.
Específicamente, cuestiono la afirmación de la Cofetel de que las tarifas cayeron 48%, sobre todo porque en el mismo comunicado, el regulador nos dice: ” (…) durante el 2012 hubo un efecto favorable por la reducción del precio promedio por minuto, en el que América Móvil reporta una disminución de 19.7%, lo cual contribuyó a incentivar el crecimiento del tráfico…”.
Se preguntarán ustedes ¿qué tiene esto de particular? Pues bien, simplemente, que la aritmética no cuadra.
Suponiendo que las tarifas de todos los operadores móviles se ubicaban en niveles similares entre sí al cierre del 2011, entonces, si América Móvil, el operador que tiene 70% del mercado, reporta para el 2012 una disminución del precio promedio por minuto de 19.7%, significa que el operador más grande sólo explica 13.8 puntos de esos 48 puntos porcentuales de reducción de las tarifas; los restantes 34.2 puntos de caída deberían ser explicados por sus competidores, que con 30% de mercado, bajando sus tarifas a cero, sólo podrían aportar justamente 30 puntos de los 48, es decir, nos faltarían de explicar 4.2 puntos de los 48. Para que los competidores de América Móvil pudieran aportar dichos 4.2 puntos adicionales de caída, entonces, no solo tendría que bajar a cero sus tarifas, sino cobrar un precio negativo, es decir, pagarnos por consumir sus servicios. Algo un poco difícil de creer, ¿no le parece? Con lo anterior, resulta evidente que la Cofetel debe revisar la metodología con la que construye el indicador con el trimestralmente nos reporta el desempeño del sector. No se vale que la población se quede con falsas idea sobre el supuesto efecto positivo de la actuación del órgano regulador.
** Pacto por México
En otro orden de ideas, con relación a los temas el Pacto por México, no debemos perder de vista la propuesta de una red mayorista en la banda de 700 MHz a la que se asignarían 90 MHz de esta banda, y que se pretende que sea un ente del Estado. Para empezar, no tiene precedente exitoso a nivel internacional. Es una propuesta impulsada por el exsecretario Juan Molinar y Mony de Swaan, quienes por cierto se equivocaron horrendamente en el costo estimado del proyecto satelital MexSat, que de un año para otro se actualizó en cerca de 6,000 millones de pesos porque, en lugar de dos satélites, se requerían tres. Así que muy buenos para dimensionar redes y sus requerimientos financieros, definitivamente no son. Sus errores de cálculo le cuestan caro a los contribuyentes.
* El autor es Senador de la República.