Gerardo Flores Ramírez/ El Economista.
La semana pasada fue aprobado por el Senado de la República un acuerdo por el que se establece el formato de los foros de debate sobre las distintas iniciativas que han sido presentadas en materia energética. El acuerdo creado por consenso de los distintos grupos parlamentarios representó, por sí sólo, un gran logro, toda vez que es muestra de las coincidencias y del esfuerzo conjunto entre las dos cámaras del Congreso de la Unión y procura que los participantes atiendan a criterios de pluralidad, representatividad y conocimiento de la materia, motivo por el cual privilegia la invitación a expertos, académicos, intelectuales, representantes de instituciones de educación superior y del Instituto Mexicano del Petróleo, Secretaría de Energía, Petróleos Mexicanos (Pemex), Comisión Federal de Electricidad, Comisión Nacional de Hidrocarburos y Comisión Reguladora de Energía, así como miembros de la Sociedad Civil que permitan enriquecer el proceso de análisis, debate y dictaminación conducente.
Bajo ese contexto, el día de ayer arrancaron estos foros, en donde la primera intervención correspondió al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas. Desde mi punto de vista, no dijo nada nuevo sobre la propuesta de reforma energética que plantea su partido. Según lo que pude conversar con algunos colegas, las respuestas que dio a los cuestionamientos de diversos legisladores dejaron mucho que desear. Se esperaba mucho más de su intervención.
Me refiero particularmente a que no dio respuesta a una pregunta expresa sobre cómo había afectado el valor de Ecopetrol y Petrobras, así como el desempeño de estas empresas propiedad del estado en Colombiay Brasil, respectivamente, como consecuencia de la decisión de los gobiernos de esos países para abrir sus respectivos sectores petroleros. No la dio, simplemente porque no tenía elementos para indicar algún efecto negativo, como él y varios de sus seguidores han venido insistiendo que si ocurrirá con el caso de Pemex.
En el transcurso de la mañana también tuvimos oportunidad de escuchar a Federico Reyes Heroles, quien refirió que México sigue siendo brutalmente dependiente de las fuentes tradicionales del petróleo y el gas, mismas que están en una crisis profunda y cuyo pronóstico indica hacia un desplome histórico del precio del crudo, lo que produciría una crisis de nuestras finanzas. Expresó que las fórmulas jurídicas que salgan del Poder Legislativo para atraer inversión nacional y extranjera deben tener experiencias de éxito en otras latitudes. Detalló que se trata de compartir beneficios, pero también riesgos. De hecho, este último es un tema en el que muchos coincidimos ayer, de lo que se trata es de distribuir el riesgo, que el Estado no se exponga totalmente en la actividad petrolera, se trata de que otros agentes vengan y compartan el riesgo con el estado.
Por su parte, Juan Pardillas, del Imco, sostuvo que es imposible modernizar a Pemex sin un entorno de competencia y cooperación. Particularmente, aclaró que, en beneficio de las finanzas públicas mexicanas, se tienen que crear las condiciones para que Pemex pueda asociarse, tomar riesgos y traer inversión.
Para la sesión vespertina, el Partido de la Revolución Democrática sorprendió con el anuncio de su salida de estos foros argumentando falta de acuerdos respecto a los ponentes y temas a desahogar. Lamento que asuman esta postura, que a ellos no reditúa y que, por el contrario, le hace mucho daño a México. Ojalá que pronto reconsideren su decisión, los mexicanos merecen en el tema energético un debate de altura, informado. Estoy seguro de que son capaces de ello.
*El autor es Senador de la República.
Twitter: gerardofloresr
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