2019-03-25
La vieja infraestructura en cobre debe moverse hacia las redes de fibra, ya que ésta es la base de todas las tecnologías.
Para ningún internauta mexicano es un secreto que las tecnologías fijas y móviles de acceso a internet tienen diferencias importantes.
Aquellos usuarios con posibilidad de acceder a Internet saben que, si no desean agotar su dotación de datos o enfrentar elevados cargos adicionales en su factura, deben esperar hasta llegar a casa, el trabajo o algún otro lugar con una conexión de Banda Ancha Fija (BAF) para ejecutar sus aplicaciones más demandantes en datos.
Esto se debe a dos factores. Primero, los servicios de BAF generalmente no restringen su uso a una canasta específica de datos, por lo cual se puede usar cuanto se quiera. Segundo, en algunas ocasiones, estas redes nos permiten descargar contenido a mayor velocidad y con menos interrupciones.
Sin embargo, no todas las redes fijas son iguales y en un futuro cercano esto será muy evidente. Hoy en día, los proveedores de BAF utilizan redes de distribución que varían en sus capacidades. Las de Fibra óptica y las híbridas de fibra/coaxial ofrecen las mayores velocidades y capacidades de transmisión de datos y habilitan el consumo intensivo de datos por múltiples usuarios a la vez.
Coexisten también otras conocidas como DSL (Digital Subscriber Line), que no son más que las viejas redes telefónicas de cobre adaptadas para proveer el servicio de BAF, pero con limitadas capacidades de transmisión.
De acuerdo con Netflix, por ejemplo, mientras que un video en definición estándar requiere de 3 Mbps, un video 4K precisa de por lo menos 25Mbps, ello sin considerar la posibilidad de descargar más de un video a la vez.
Considerando este escenario, en Europa, el FTTH Council Europe (Consejo Europeo de Fibra al Hogar por sus siglas en inglés) ha llamado a ejecutar una estrategia para la desconexión de las redes de telecomunicaciones de cobre en la Unión Europea. El presidente de dicha organización, Ronan Kelly, explicó que el mercado de las telecomunicaciones se encuentra en una fase de transición y que por lo tanto la vieja infraestructura basada en cobre debe moverse hacia las nuevas redes de fibra, ya que esta es la base de todas las tecnologías para la conectividad.
En México, de acuerdo con datos del IFT, casi 4 de cada 10 conexiones fijas a Internet (39%) aún reciben el servicio mediante una red de cobre. Ello limita ya las capacidades actuales de un número importante de internautas, pero también sienta las bases para la creación de una nueva brecha digital que en el futuro será más evidente.
Para evitar este escenario, las autoridades mexicanas deben continuar sus esfuerzos en la creación de condiciones de competencia efectiva en el segmento fijo pues, prácticamente la totalidad de accesos DSL pertenecen al operador preponderante. De esta forma, el IFT debe centrar sus esfuerzos en la materialización de herramientas e incentivos para que operadores competidores (quienes ya tienen en prácticamente la totalidad de sus suscriptores en otras tecnologías) puedan extender su mercado y ofrecer alternativas tecnológicamente robustas a toda la población.